La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín-2008 congregó hoy en el moderno estadio conocido como Nido de Pájaro a más de 90.000 personas y a unos 4.000 millones de telespectadores en todo el mundo para asistir a una magnífica inauguración de cifras exorbitantes, que concluyó luego del desfile de las 204 delegaciones y después de que el ex gimnasta chino Li Ning encendiera el pebetero.

El presidente norteamericano George Bush, el francés Nicolas Sarkozy, el brasileño Lula Da Silva y el primer ministro ruso Vladimir Putin sobresalieron dentro del grupo de líderes presentes en el acto, en el que una de las máximas figuras fue el presidente chino Hu Jintao.
La fiesta, previa al desfile de países, representó 54.000 años de historia china, incluyendo desde la Gran Muralla hasta las marionetas de ópera y astronautas. Se utilizaron 30.000 fuegos artificiales.

La ceremonia

China tiró la casa por la ventana en una fiesta cuyos números hicieron honor a lo que se podía esperar del país más poblado del mundo, con sus 1.300 millones de habitantes, y que espera dar al mundo su mejor imagen tras las polémicas de los meses previos a los Juegos.
Empezando por la cuenta atrás, que corrió a cargo de 2.008 actores tocando el fou, un antiguo instrumento de percusión chino, en un impresionante alarde de sincronización que dio paso a un despliegue cada vez mayor de figurantes, luces, fuegos artificiales y música.
La celebración comenzó con un espectáculo dirigido por el cineasta chino Zhang Yimou, mezcla de la tradición milenaria de China con su mirada hacia el futuro, en el que participaron unos 14.000 actores que lucieron 15.153 trajes distintos.
Un total de 70.000 personas participaron en la ceremonia de más de tres horas, en la que estuvieron presentes 9.000 soldados y colaboraron casi 2.500 voluntarios.