Babasónicos es la banda que más compuso, más dijo y más arriesgó en la última década”, ponderó su cantante Adrián Dárgelos al hacer un análisis de un tiempo en el que el grupo acaba de editar “A propósito” y se prepara para presentarlo en vivo el sábado 27 del corriente en el estadio porteño Luna Park.
En una charla con Télam, el líder y vocalista de Babasónicos, apuntó que “siento que hay muy poca producción a nivel disco y hay muy pocos artistas grandes que produzcan discos en cantidad”.
Adrián insistió al respecto que “podríamos vivir de `Jéssico`, `Infame` o `Miami`, que son obras cerradas donde todo el mundo tiene el consenso de que están bien, pero, en cambio y equivocados o no, decidimos seguir tomando riesgos”.
Estos son los tramos salientes de la entrevista de Télam con el cantante: -¿Cómo describiría al nuevo disco “A propósito”? -Es un disco plagado de claro-oscuros que por un lado tiene el goce y la gloria de la música y por el otro la proximidad del abismo permanente, lo que lo hace un disco más brutal. A mí me parece que es un disco muy inspirado que a nosotros nos entusiasma -El grupo parece conservar su vigencia y la sensación de no querer dormirse en laureles a pesar de las cosas alcanzadas hasta ahora… -Eso lo vivo como si fuese un ejercicio que demanda permanente carbón, básicamente un cierto tiempo de concentración, foco y obra, es un ejercicio que se mantiene con obra, y la obra es un reto donde te desempolvás y tenés que exigirte pasar hacia un nuevo lugar. Creo que “A propósito” es el puntapié inicial de una década que nos va a marcar una dirección en varios aspectos, como lo fue “Jéssico” para su momento o “Pasto” para el suyo.
-¿Viven cierta presión por lo que espera el público o los medios cada vez que publican una nueva producción? -Pienso que tanto el público como los medios están pendientes, pero no tengo la presión de qué es lo que esperan, porque realmente resolví eso creyendo que la gente espera de mí lo que yo quiero.
Nosotros estamos seguros por la fantasía a la que apostamos, lo más complejo también es ser uno su propio parámetro, porque sentarte a decir “bueno y ahora de qué escribo”, cuando ya escribí 300 canciones es más complejo.
La idea nuestra es reinventarnos, sabemos que cuando lo dejemos de hacer somos historia, por eso lo nuestro es tratar de cómo no ser historia.
-Hace poco rindieron un homenaje a los diez años de “Jéssico”. ¿Cómo encaja ese álbum dentro de la discografía del grupo? -A mí me sorprende mucho lo de culto que tiene “Jéssico” porque es un disco hecho desde una perspectiva de desamor, el desamor que tenía el mercado de la música con una industria recesiva donde todos devolvían los contratos. Había cierta sensación de que “total nadie nos va a escuchar”, algo como “hagamos un disco para los pocos que queden del otro lado”. Desde esa perspectiva, el enorme recibimiento que tuvo el disco fue fuerte y disparó nuestra trayectoria.
-Hace pocos meses otra persona murió por el uso de bengalas en un recital. Parece que la lección que dejó Cromañón no fue aprendida por la sociedad.
-Lo que pasa es que ahí no hubo ninguna autocrítica del público que fue a Cromañón, no hubo una autocrítica, solo hubo un repudio hacia las autoridades municipales, cuando realmente el rock ya repudiaba antes a la institución. Entonces por eso estaba al margen del control institucional, porque repudia eso, entonces el repudio de gente sui generis que nunca había ido a ver rock termina pidiendo controles para todos y al mismo tiempo caga a parte del rock.
-¿Es porque cierto público se cree más protagonista que el espectáculo? -Sí, pero esas son las hinchadas del fútbol, eso es una estupidez que crean ahí con su slogan algo malo, es un error enorme, a mí me parece que no, que no es así, que los protagonistas están arriba del escenario y por eso va la gente y paga la entrada.

Fuente Agencia Télam