Una convocatoria multitudinaria, estimada por los organizadores en alrededor de 50 mil personas. Decena de franckinos estuvieron presentes el pasado domingo en la Fiesta de Disfraces 2011, fue su 13ª edición. Las inmediaciones del predio de avenida Circunvalación y Don Bosco se vieron convulsionadas desde el atardecer con los primeros grupos de disfrazados, principalmente los que prevenían del interior del país o de países limítrofes. Toda la infraestructura montada para esta edición superó todas las anteriores.
Una de las condiciones para asistir al encuentro, además de pagar al entrada anticipada de unos 80 pesos, era ir disfrazado, de lo contrario, no se podía entrar.
Para este año se previó mejores accesos, venta de entradas mediante un sistema de tarjetas que impidieron falsificación y permitieron un ingreso sin contratiempos.
Dentro del predio, mega carpas —superiores en el número a la última edición— se mostraron imponentes, con stands de diversas de marcas auspiciantes, la posibilidad de degustaciones y consumo de comidas, entre otras ofertas de servicios.
Como en otras ocasiones, el frío volvió a ser uno de los protagonista. En medio de una ola polar, ya es un clásico que sea siempre una noche gélida, pero eso no impedía que algunos disfrazados les hicieran frente con poca ropa, que contrastaba con el calor interior que generaba divertirse pese a todo.
El operativo policial y de tránsito resultó efectivo y el éxito volvió a coronar una vez más esta fiesta que moviliza a toda la ciudad y que deja millones de pesos por el atractivo turístico que significa.
Disfraces llamativos. Uno de los organizadores, Juan Laurencigh, recordó algunos de los disfraces más llamativos, como los hombres que llegaron con tachos y se disfrazaron de los mineros de Chile saliendo de la cápsula, o un grupo muy colorido de seis granaderos. Por supuesto, no faltaron las chicas vaqueras, gatúbelas y las mujeres maravilla (de estas había medio centenar), igual que el clásico disfraz de sacerdote.
«El tema del disfraz dispone distinta a la gente, es como que no somos la misma persona con el disfraz, es un clima de buena onda, pasan cosas insólitas, pero nada grave», dijo Laurencigh.
La principal difusión del encuentro fue el boca en boca, aunque las redes sociales también sirven para hacer conocer el evento, que convocó a personas de 18 a 80 años de distintos lugares del país e incluso de México, Río de Janeiro. Según Laurenchigh.
Doce años. La idea de la Fiesta de Disfraces en Paraná surgió hace 12 años. «Somos 20, todos amigos, somos seis que cumplimos los años en agosto, en esa época todos estudiábamos afuera y decidimos festejarlos todos juntos el fin de semana largo y así cada año, arrancamos con 40 y fue subiendo la escala», contó el organizador.
Y explicó que ahora, una vez finalizada la fiesta, comienza la elección de los mejores disfraces para quienes hay viajes y otros premios de valor. «Subimos a internet las fotos a http://www.fiestadedisfraces.com.ar/2011/ y ahora arranca la votación por mensaje de texto. En general los grupos logran hacer la diferencia con ideas nuevas».

Fuente El Colono del Oeste