Una jornada completa llevó a la familia de Marcelo García implantar el Cristo de la Hermandad. Dos grúas gratuitamente otorgadas, junto al personal, por las empresas de Girolimetto y SICA, fueron utilizadas para mover 20 toneladas del Cristo tallado en un árbol de 22 metros de altura y una cruz que llegaba a los 26 metros.
Durante todo el día de ayer, los profesionales, ayudados por todos los vecinos de la familia García, hicieron la tarea, diferente, para un jueves que quedará en la memoria de numerosas personas y familias.
Marcelo García y sus hijos estaban en el lugar, con la ansiedad y la alegría propia del momento.
Los García son pioneros en la urbanización de la localidad de Pujato, comunidad rural que se ubica entre Esperanza y Franck, a unos 30 kms de Santa Fe, la ciudad capital de la provincia. Seguramente el paisaje rural cambiará en pocos años, dado que a este emprendimiento, le siguieron otros, de diferentes inversores.
El trabajo fue hecho casi en silencio, sólo algunos periodistas y sus cámaras llegaron hasta el lugar. El deseo de la familia García, por la cual el Cristo fue entronizado, era que las personas no corrieran riesgos. Es que el Cristo tiene 22 metros de altura la cruz 26 y pesa 20 mil kilogramos.
Marcelo García confirmó a El Colono del Oeste en el lugar, que el sábado 1º de octubre, se hará la ceremonia de entronización, con la presencia del Arzobispo de Santa Fe, Monseñor José María Arancedo, sacerdotes, religiosos, autoridades políticas y seguramente una gran cantidad de fieles.
Aunque los García guardan la información bajo siete llaves, para que la gente mida el esfuerzo que se hizo, y que la obra tiene un gran aporte de fe para la región, pero también un sacrificio económico, hay que citar que el costo para que este Cristo de la Hermandad presida la región, fue de más de 200 mil pesos.
Sin embargo, la familia García cuidó muy bien de dar ese detalle, y si con alegría y mucha fe decirle «gracias a toda la gente, talleres, empresarios propietarios de las grúas, personas, que jamás me pidieron una moneda por los servicios que necesitamos. Todos hicieron su aporte de corazón» lo cual fue largamente agradecido por la familia.
Otro punto interesante de ver es que el Cristo, al cual se accede por ruta provincial Nº 6, altura de Pujato Norte, o desde Esperanza por calle San Martín al sur, si bien está en un campo privado, tiene acceso libre, sin alambrados ni tranqueras que lo separen de la gente. Un gesto de la familia García que hay que destacar.
Seguramente, el turismo del fin de semana de las familias de Esperanza, Franck, Pujato, San Jerónimo Norte, Empalme San Carlos, Humboldt, y hasta de los tres San Carlos, Colonia San José, San Agustín, y de Santo Tomé y Santa Fe, ya serán posibles de ver desde mañana y el domingo.
Lo que vendrá luego ya lo dirá la gente.
Por lo pronto, hay un sueño más en la cabeza de Marcelo García. Crear un aeródromo donde desciendan aviones de cabotaje como el de Sauce Viejo. «Esperanza lo necesita» dice Marcelo. «Es un sueño del viejo» nos confiesa un hijo. Lo cierto es que a soñar y comprometerse con los sueños, los García no le temen. Los hechos mandan. Y Don Marcelo lo resume en dos palabras: «estoy feliz».

Fuente El Colono del Oeste