En el documento final, los jefes de Estado acordaron la necesidad de avanzar juntos para obtener mayor peso a la hora de negociar frente al mundo globalizado. Celebraron la inclusión de Venezuela al bloque y decidieron abrir líneas de comercio con Cuba.
Los presidentes que participaron de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y de los países asociados mostraron una convicción unánime de avanzar en procesos de integración más solidarios y equitativos para fortalecer el bloque regional y generar una mayor independencia de la región a la hora de negociar frente a las políticas globales.
El encuentro, además de este acuerdo, tuvo como rasgo saliente la decisión conjunta de abrir líneas de comercio con Cuba, para romper las barreras del bloqueo internacional que enfrenta la mayor de la islas antillanas desde 1959.
El presidente Néstor Kirchner, quien ejerció hasta ayer la presidencia pro-témpore del bloque, hizo un llamamiento a profundizar el proceso de integración y apostar a una mayor «solidaridad» para saldar las diferencia que existen entre los países del bloque.
Kirchner habló de la necesidad de «estar integrados al mundo, pero no de cualquier manera», sino con condiciones «dignas y equitativas» y, en ese sentido, exhortó a una «integración equitativa para las partes, atractiva para todos y que no cree mayor dependencia».
Entre los avances de la región, el presidente argentino destacó la inclusión de Venezuela como miembro pleno, lo que contribuirá «a sumar a la agenda del bloque el debate importante sobre los desafíos pendientes para lograr la integración y beneficio de los pueblos».
Por su parte, el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien asumió hoy la presidencia pro-témpore del Mercosur, dijo que el agrupamiento «enfrentó recientemente claros obstáculos, pero no podemos desconocer los progresos realizados en esta última etapa en su agenda interna y también en la externa, en cuanto al relacionamiento con países por fuera del bloque».
«Nuestro gran propósito es garantizar la integración energética en el Mercosur y en toda Sudamérica. No comparto la visión de que el Mercosur esté en crisis. Veo en muchas de las
cuestiones que señalan como agrietamientos del bloque situaciones heredadas que hoy tratamos de remediar».
El mandatario brasileño celebró también el ingreso de Venezuela al Mercosur, al decir que «a nuestra bandera del Mercosur le está faltando la estrella de Venezuela», y luego «será la de Bolivia y, quizá de toda Sudamérica», agregó Da Silva en una señal hacia el presidente Evo Morales, con quien ha mantenido momentos de tensión por la negociación del gas boliviano.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sobre cuya verborragia se permitió algunas bromas Lula Da Silva, dijo en su primera participación como socio pleno del Mercosur que en América Latina y en el bloque «hay un renacimiento que nos hace sentir que estamos en el buen camino más allá de las pequeñas dificultades».
«América Latina tiene todo lo necesario para ser unidos una potencia mundial. No le pongamos límites a nuestros sueños. Ni Brasil solo puede serlo, y ellos son los primeros en entenderlo.
Hagámosla. Estamos recomenzando más allá de nuestros problemas», enfatizó el mandatario venezolano en su discurso.
«Podemos pensar en una constitución que una a nuestros países, hacia allá tenemos que marchar, hacia una moneda común, una Constitución que nos integre en una única estructura jurídica y política», enfatizó el presidente al hacer referencia, una vez más, al ideal bolivariano de una nación latinoamericana.
Si bien participó de la cumbre en calidad de invitado, el presidente de Cuba, Fidel Castro, ocupó un lugar relevante en la cumbre por su propio peso específico, aseguró que «estaintegración tiene enemigos de siglos y no son felices cuando escuchan noticias de esta reunión».
Castro hizo gala de la ironía de su discurso cuando destacó la comunión de los pueblos latinoamericanos «que hablamos el mismo idioma, tenemos mismas tradiciones e historia, más unidos que ninguna otra región en el mundo» a lo que de inmediato destacó que «Europa habla 20 idiomas, no sé cómo serán las reuniones allí, aunque no hace falta todos hablan en ingles, y no sólo hablan, piensan en inglés». Para agregar, «pero son más independientes».
Con menos ironías, pero en la misma sintonía que sus antecesores, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, consideró que hubo avances que permitieron «poner en práctica» las «buenas intenciones que estas reuniones encierran y que se escuchan en cada uno de nuestros discursos».
«Otro tema que avala los avances logrados en el Mercosur es el de la compensación de las asimetrías», aseguró Vázquez. Y agregó que el acuerdo firmado hoy debería estar funcionando «a partir del primero de enero 2007», pero «el punto 14 permite que se ponga en práctica en 2006; esto sería muy positivo. Este será un buen paso para otro que debemos dar después, como es la creación del Banco Común del Sur, que también apoya Venezuela».
El presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, también destacó los «avances en el Mercosur», aunque abogó por un proceso de integración más equitativo, que contemple las diferencias entre sus socios, en especial entre los más grandes y los más chicos.
«No queremos que la mitad del estadio festeje los goles y que nosotros miremos los abrazos y las victorias. Todos tenemos que festejar goles para que el Mercosur tenga futuro», señaló el mandatario paraguayo apelando a una metáfora futbolera.
Duarte Frutos asumió que para lograr el objetivo de equidad entre los socios es necesario que el Mercosur actúe como un «equipo» y no que funcione sobre la base de «pequeños segmentos de líderes que se encuentran de vez en cuando».
Por su parte, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, aseguró hoy que su país «persistirá en el esfuerzo integrador» de los países de la región, aunque marcó la necesidad de objetivos «graduales, realistas y realizables» para que el proceso de integración tenga futuro.
En ese sentido, la presidente socialista exhortó a los países de la región a que «no quede la integración en la retórica» ni en «la respuesta a intereses nacionales», sino que se cree un sentido de «pertenencia común» y también de «confianza».
Bachelet mencionó entre las asignaturas pendientes de los países de la región «mejorar las conexiones» entre sus territorios, a través de obras de infraestructura, «reforzar el trabajo conjunto entre los ministros de Economía de las naciones de la región».
Por último, el presidente de Bolivia, Evo Morales, convocó a los «hermanos presidentes» a avanzar «juntos» en este cambio «apoyados en el diálogo para que las propuestas sean entendidas por todos los países y todos los pueblos».
Evo Morales calificó al actual de «un momento histórico», porque «además de contar con la presencia del compañero Fidel Castro, los presidentes se suman aquí a la lucha de los pueblos por los cambios del nuevo milenio».