El avance de las aguas del Paraná obligó a retirar el ganado de las islas, pero no se consiguen campos para alquilar y el precio del forraje se disparó.
La crecida del río Paraná, cuyo nivel se aproxima a los 5 metros frente a la costa de nuestra capital, cubrió miles de hectáreas de islas entre Reconquista y esta capital. Por el avance hídrico, más de cien mil animales -bovinos y equinos- que se crían en esas tierras fiscales de los departamentos General Obligado, San Javier y Garay, son trasladados desde hace una semana hacia la costa.
Pero la falta de potreros para alquilar, consecuencia directa del avance de la soja que extendió la frontera agrícola en los departamentos del nordeste, y el alto precio que genera la especulación comercial sobre el forraje comenzaron a generar la liquidación de los rodeos, con la consiguiente pérdida económica para los productores.
Dirigentes ruralistas de la región denunciaron que la presión de los comerciantes de forraje genera reacciones entre los productores, que solicitaron la intervención de las sociedades rurales de la zona para evitar un mayor perjuicio económico.
Informes provenientes de la zona damnificada indican que hasta el momento la situación se encuentra controlada, si bien -como informó ayer este diario- la mayoría de los animales de la zona de isla fue retirado de las islas, y los pocos que quedan serán trasladados mediante el uso de barcazas. Debe recordarse que en la zona de islas del departamento General Obligado hay 110 mil cabezas de vacunos registradas.
En declaraciones radiales, el presidente de la Sociedad Rural de Reconquista, Jorge Mario Cappózollo, alertó que «los gastos operativos (para el traslado de la hacienda) son enormes y, encima, el precio de la hacienda cayó un 30 %».