La Sociedad Rural de Las Colonias, ante comentarios y opiniones erróneas que realizan dirigentes políticos, de entidades intermedias, periodistas, intelectuales, entre otros, se ve en la obligación de explicar con la verdad científica a la opinión pública sobre los efectos del sistema de Siembra Directa de cultivos sobre los suelos y su incidencia en las inundaciones.
Por esto, ante afirmaciones como: «La siembra directa favorece las inundaciones porque no permite que el suelo absorba agua».
La realidad nos muestra todo lo contrario por ser un sistema de cultivo que aplicado en rotaciones apropiadas aumenta la porosidad del suelo, haciéndolo más esponjoso y con mayor capacidad de retener agua.
O: «La soja sembrada en directa no absorbe agua»
Nos encontramos con que esta técnica, como así también la labranza convencional, supone la utilización de rotación de cultivos que permiten un adecuado aporte de materia orgánica que hacen sustentable el uso de los suelos. Este aporte de restos orgánicos favorece la absorción de agua.
El monocultivo de soja sí es perjudicial. Está entonces en el Estado Nacional crear las condiciones de rentabilidad que aseguren la rotación de los mismos.
Existen numerosos trabajos científicos nacionales e internacionales que concluyen sobre las ventajas extraordinarias del sistema de Siembra Directa.
El sistema de Siembra Directa bien realizado no tiene efectos nocivos que favorezcan las inundaciones, todo lo contrario.
Además tiene otras ventajas:
Permite el control de la erosión hídrica y eólica.
Favorece el incremento de materia orgánica de los suelos.
Hace sustentable el uso de suelos de 7 millones de has en la Argentina.
Permite cultivar suelos que antes no estaban disponibles para la agricultura.
Contribuye a fijar dióxido de carbono atenuando el efecto invernadero.
Frena la degradación física y química de suelos que soporta el agro argentino.
Según el Ing. Roberto Casas (investigador del INTA Castelar): «la siembra directa sustenta su alta eficiencia en controlar la erosión en el mantenimiento en superficie de importantes niveles de cobertura aportadas por los rastrojos de los cultivos en rotación, lo cual permite además incrementar el contenido de materia orgánica del suelo?¦»
También, profesionales del INTA Rafaela, como los Ings. Gambaudo y Fontaneto, pueden aportar información que explique desde el conocimiento científico. Localmente y en forma directa pueden dirigirse a la Agencia del INTA o al Departamento de suelo de la Facultad de Ciencias Agrarias.
Es necesario que ante su ignorancia, los opinólogos que permanentemente buscan chivos expiatorios, como la siembra directa, la soja, el agro, se instruyan un poco más y valoren el enorme esfuerzo tecnológico y económico que hacen las cadenas agroindustriales argentinas para sacarnos de la decadencia.
¿No será que el calentamiento global, que genera aumento en cantidad e intensidad de precipitaciones en nuestra región, es uno de los responsables principales de estos fenómenos, además de la imprevisión de sucesivos gobiernos en las obras de infraestructura comunal, municipal, provincial y nacional?