Los cursos de Polimodal tendrán días libres en forma rotativa. Es que, con el frío, no se puede dar clase en esos salones sin aberturas.
Nadie se explica cómo se pudieron llevar elementos de grandes dimensiones. El lunes pasado, cuando el personal de la escuela media N° 262 República Argentina volvió de las vacaciones, se encontró con una sorpresa desagradable: tres aulas del primer piso estaban desprovistas de las puertas y ventanas de aluminio.
«Concretamente, se robaron 16 hojas de ocho ventanas corredizas y una puerta grande», comentó Silvia Fratoni, vicedirectora escolar. Nadie en la escuela se explica cómo hicieron los ladrones para alzarse con tamaño botín sin haber forzado la única puerta de ingreso al edificio, ubicado en Angel Cassanello 2249.
La presunción es que pudieron haber entrado por el predio del Club Unión y Progreso, que linda con la institución educativa. «Probablemente si el club estaba desocupado y la escuela también, pudieron haberlo utilizado como medio para saltar los muros y entrar acá», arriesgó Fratoni.
«Lo que nos llama poderosamente la atención es cómo hicieron para llevarse las puertas y ventanas porque son objetos grandes y ningún vecino dice haber visto nada», señaló la docente.
El robo afectó el desarrollo de las actividades educativas. Con las bajas temperaturas, resulta imposible someter a los estudiantes a dar clases en aulas sin aberturas. Por eso, desde la dirección decidieron suspender la actividad de cinco cursos: tres del turno mañana y otros dos de la tarde.
«Estamos suspendiendo las clases de forma rotativa, para que los alumnos no se queden sin dar tantos contenidos. Tenemos 20 divisiones de Polimodal que son las que van estar afectadas a este régimen de rotación porque no quisimos interrumpir el trimestre de 8vo. y 9no. de EGB», dijo la vice.
Incluso, se diseñó un cronograma para que los estudiantes sepan cuándo no van a tener clases, así directamente no hacen el viaje hasta la escuela.
Sobre llovido, mojado
La República Argentina funciona en un precario inmueble del siglo XIX que debió ser demolido en 1980. Hace más de dos décadas que la comunidad educativa viene luchando en pos de su edificio propio a raíz de que el dictado de clases se realiza en tres locales diferentes del barrio María Selva.
«No dudamos de nadie de adentro, pero lo que más nos duele es que todo el mundo sabe que somos una escuela de barrio, humilde, que estamos peleando por el edificio propio, con una cooperadora que siempre está tratando de conseguir algún centavo. Realmente no entendemos por qué se ensañan con nosotros», cuestionó la vicedirectora.
El lunes se efectuó la denuncia policial correspondiente y el martes se presentó en la sede escolar Liliana Fassanelli, directora de la Región IV de Educación.
Según comentó Fratoni, hay una promesa por parte del ministerio de que, a más tardar el martes de la próxima semana, entregaría un subsidio para reponer las aberturas. De todas formas, hasta que se consigan proveedores y se concrete la compra, seguramente pasará algún tiempo.
En tanto, la docente explicó que «tenemos alarma para la planta baja que abarca preceptoría, biblioteca, dirección, sala de informática y cantina. La pusimos hace muchos años cuando también entraron y nos causaron destrozos».