Donde las nubes lo permitieron, pudo apreciarse este raro fenómeno. A las 6.52 fue el momento culminante, cuando la luna fue cubierta totalmente. Una puesta de luna llena eclipsada, agigantada por el efecto lente de la atmósfera terrestre sobre el horizonte, fue el gran espectáculo que el cielo ofreció este martes a la Argentina poco antes del amanecer. Toda la Argentina pudo verlo, donde las nubes lo permitieron, pero sólo en sus momentos iniciales y centrales, porque el resto del proceso sucedió detrás del horizonte.
Visto desde el este del país, el anunciado eclipse total de luna, el último del año, comenzó apenas pasadas las 5.50, con el satélite natural de la Tierra mostrándose a baja altura, hacia el oeste.
Con una elevación de sólo 18 grados sobre el horizonte, la observación requirió a ponerse en lugares despejados o en alturas y en particular en las ciudades, sortear la cortina visual de los grandes edificios.
A la hora calculada, la sombra del planeta tocó el borde de la Luna y comenzó a crecer poco a poco mientras el satélite «caía» hacia el horizonte.
A las 6.25, la umbra -sombra terrestre- ya cubría la mitad del disco lunar y a las 6.52 lo hizo por completo, pero ya en el límite de la posibilidad de observación desde la franja este, que incluye a Buenos Aires.
En ese momento la Luna se elevaba apenas 5 grados sobre el horizonte, y poco después, a las 7.22, se ocultaba del todo.
En Buenos Aires, los bosques de Palermo se habían poblado tempranamente de decenas de persones, incluidas muchas familias con hijos, para asistir al espectáculo natural con el soporte telescópico gratuito que ofreció el observatorio «Galileo Galilei», pero las nubes prácticamente arruinaron la actividad.
En Misiones, la provincia más oriental de la Argentina, casi no pudo apreciarse, según informó a Télam Sergio Toscano, director del observatorio Kolping de Posadas, donde no se programó actividad de observación alguna.
Cuatro mil kilómetros al sur y doce grados más al oeste de la capital misionera, en Ushuaia, la observación pudo ser mejor, aunque también fue retaceada por el tiempo tormentoso.
«En estos momentos garúa y veo nubes que pasan delante de la Luna ??colgada?? sobre el glaciar Le Martial», dijo poco antes de las 6 a Télam Ramón Héctor González, empleado de la radio ushuaiense Fundación Austral.
Sin embargo, al momento de comenzar el eclipse, en la ciudad más austral del mundo nevaba «copiosamente y sin viento», según comentó González.
Mucha más suerte tuvieron, mil kilómetros más al sur aún, el teniente primero Carlos Bazzana y la meteoróloga Dora Pelayes, ambos de guardia nocturna en la base antártica Esperanza.
«En estos momentos, mientras hablo por teléfono, estoy viendo una imagen increíble, en una noche espectacular, completamente despejada, frente a la montaña Flora, con el cielo lleno de estrellas y la Luna gigante y eclipsada en una cuarta parte», dijo extasiado Bazzana a Télam minutos después de las 6.
«Comenzó a las 6 menos cuarto, con la Luna a unos 35 grados y en la primera noche despejada después de dos semanas de tiempo horrible que hasta impidió la llegada del avión con el correo», relató.
El militar comentó que sólo él y Pelayes compartían ese momento excepcional en la base, instalada en el extremo norte de la Península Antártica, porque «por un error de información, los chicos se quedaron ayer hasta la medianoche esperando».
«No obstante, dentro de un rato, cuando se levanten para ir a la escuela, y los grandes para trabajar, van a poder verlo», razonó.
En tanto, en las provincias del oeste, como San Juan y Mendoza, hubo un largo rato adicional del espectáculo celeste, porque la puesta de la Luna se produjo allí cerca de las 8, pese a lo cual tampoco fue suficiente para ver el eclipse de punta a punta.
Las únicas zonas del planeta donde el eclipse se observó completo fueron Oceanía y la mitad oriental de Asia. En Africa y Europa no fue visible.
El próximo eclipse total de luna será el 20 de febrero de 2008.
Así se vio el último eclipse total de luna del año
Fuente Agencia Télam