El tenor italiano falleció a los 71 años en Módena, su ciudad natal. La vida de un artista que heredó de su padre el amor por la música.
La muerte de Luciano Pavarotti, fallecido a los 71 años, deja a la lírica sin una de las voces que la popularizó gracias a un estilo que arrasó con las fronteras entre lo académico y lo popular.
El tenor, nacido en Módena el 12 de octubre de 1935, heredó de su padre panadero el amor por la música que despuntaba en un coro local y asistió de niño a la Scuola Magistrale, en donde después de graduarse impartió clases de primaria.
Luego dio sus primeros pasos dentro del mundo de la música en el coro del teatro de la Comuna en Módena y en la Coral de Gioacchino Rossini. En 1955 comienza sus estudios de canto con Arrigo Polo y posteriormente se traslada a Mantua, para tomar clases con el profesor Ettore Campogalliani.
En 1961 ganó el Concurso Internazionale de Opera en donde realizó su primera ejecución profesional de una ópera completa con «La Bohéme», de Giáccomo Puccini.
Su buen desempeño le posibilitó pasar al teatro Massimo de Palermo y de allí, en 1963, a la escena internacional con actuaciones en Amsterdam, Viena, Zurich y Londres.
Para el año 1965, debuta en Estados Unidos junto a la conocida soprano Joan Sutherland en una producción de Lucia di Lammermoor, primera de una larga historia conjunta, que con «La Bohéme» en La Scala, San Francisco y Nueva York, conquistó el corazón de cientos de admiradores en todo el mundo.
Un año más tarde interpreta a Tonio en «La Fille du Régiment» y se consolida internacionalmente al participar en el teatro Convent Garden, en Londres, donde se le concede el título de «Rey de la Octava Do».
En la medida que su voz se oscureció y creció, interpretó a Mauricio, Ernani, Radamés, Calaf, y en 1992, Otello, el rol más importante y difícil en la carrera de este cantante lírico.
Desde entonces, su ascenso lo convirtió en el tenor más nombrado desde Caruso y a su labor lírica le sumó el registro de canciones napolitanas e italianas y varias interpretaciones en vivo junto a cantantes de la talla de Sting, Bryan Adams y el vocalista de los U2, Bono.
En esa ruta popular se unió a sus pares y amigos José Carreras y Plácido Domingo para una larga serie de conciertos multitudinarios en que se destacaron los de Roma (1991) y Los Angeles (1994).
A lo largo de esa serie de presentaciones masivas, Pavarotti concretó -en cuatro de sus visitas- tres grandes shows en la Argentina. El primero fue en 1991 donde lo escucharon 200 mil espectadores en un escenario montado en la avenida 9 de Julio.
En febrero de 1995 protagonizó una verdadera fiesta operística que reunió a 35 mil personas en el Campo Argentino de Polo y el 24 de abril de 1999 compartió noche con Mercedes Sosa en el estadio de Boca ante unos 27 mil espectadores.
De ese último paso por escenarios porteños, quedó el dueto entre el tenor italiano y la vocalista folclórica para las canciones «Caruso» e «Il cuore ingrato».