Desde los Estados Unidos, Tabaré Vázquez dio la orden luego de un pedido de la Corona española en ese sentido.
Por su parte, el canciller Jorge Taiana salió al cruce y dijo que Montevideo mantiene una «actitud violatoria» y reiteró que la medida viola el estatuto del Río Uruguay y es contraria a las recomendaciones de la Corte Internacional.
El presidente Tabaré Vázquez, desde los Estados Unidos, frenó este jueves a último momento la autorización que su gobierno se disponía a otorgarle a la cuestionada empresa Botnia para que pueda comenzar a operar su planta pastera que montó en Fray Bentos, a raíz de un pedido de la Corona de España.
El ministro de Medio Ambiente de Uruguay, Mariano Arana, dio la novedad ante la prensa reunida en Montevideo, que había sido convocada para que se le comunique el visto bueno para Botnia, en presencia incluso de las máximas autoridades de la compañía finlandesa.
Por su parte, el canciller Jorge Taiana, frente a la inminente autorización a Botnia para empezar a funcionar, acusó hoy a Uruguay de persistir «en su actitud violatoria del Estatuto del Río Uruguay y contraria a la recomendaciones de la Corte Internacional de no agravar la controversia».
En declaraciones a la prensa, Taiana señaló que «los anuncios afectan los esfuerzos del rey de España, esfuerzos que la Argentina valora y mucho aprecia».
El canciller evaluó que «estos anuncios son una provocación porque reflejan claramente que se continúa con actos unilaterales que desconocen las normas de derecho y los aspectos medioambientales involucrados».
En tanto, el ministro Arana dijo que el presidente Tabaré Vázquez transmitió desde Los Angeles la orden de postergar el permiso a Botnia, tras haber recibido una comunicación de la Cancillería de España, que encabeza Miguel Angel Moratinos.
El compromiso asumido por el mandatario uruguayo ante la Corona de España, según lo informado por Arana, prorroga la autorización para Botnia al menos hasta que se produzca en Santiago de Chile la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado.
En la ocasión, convergerán el rey de España, el canciller Moratinos y los presidentes Néstor Kirchner y Vázquez, además de la presidenta argentina electa, Cristina Fernández.
«El proceso técnico está terminado. La planta está en condiciones de operar. Simplemente hay una postergación que tiene que ver con el proceso diplomático (de buenos oficios que realiza España)», informó Arana ante la sorpresa generalizada.
Entre los más sorprendidos figuraron los máximos directivos de Botnia, con su presidente, Erkki Varis, recién llegado de Finlandia, quienes se anoticiaron del cambio de ruta «instantes antes de la conferencia de prensa», según admitió a Télam una fuente de la empresa. Fuentes oficiales uruguayas del máximo nivel relataron a Télam que Tabaré Vázquez -al impartir la orden por teléfono- le dijo al ministro que la prórroga será «hasta nuevo aviso».
De cualquier manera, refirió también a un factible encuentro binacional en Chile, por iniciativa del facilitador español Juan Antonio Yánez Barnuevo, como punto detonante para luego poder proceder con el trámite frenado.
Las mismas fuentes aseguraron que el ministro Arana convocó a los periodistas para informar sobre la autorización en cuestión contando con el guiño del secretario general de la Presidencia, Gonzalo Fernández.
Pero la intercesión de la Corona de España directamente hasta Tabaré Vázquez -que regresará mañana a Montevideo- resultó terminante y trastocó un anuncio que había provocado fastidio en el gobierno argentino, según admitieron fuentes oficiales consultadas por Télam.
En vísperas de producirse la cita iberoamericana en Chile, donde se verán los mandatarios de ambos países, desde Argentina se consideraba «innecesario» un gesto de Uruguay como otorgar el permiso a Botnia.
Las fuentes uruguayas aludidas indicaron también que la directiva de Botnia venía ejerciendo «gran presión» en procura de que se les destrabe el trámite y este elemento, al parecer, resultó el detonante del frustrado anuncio.
Tanto desde la Cancillería argentina como de la Casa Rosada se escucharon durante la jornada mesurados comentarios sobre la situación y, coincidentemente, que más allá de las eventualidades el final del conflicto se encamina a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Las posturas fuertemente contrapuestas de Argentina y Uruguay llevaron precisamente al gobierno de Néstor Kirchner a recurrir al máxima Tribunal de Justicia Internacional.