Diversas culturas, en función de sus creencias, observan en distintas fechas su Año Nuevo y además, cada una de ellas vive en uno diferente, aunque a los efectos civiles se rijan por el calendario gregoriano.
Los judíos, por ejemplo, recibieron su Año Nuevo 5768 entre el 13 y el 14 de septiembre de 2007. Su celebración se denomina Rosh Hashaná, que significa «cabeza de año«. En 2008 será el 5769 y caerá entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre.
Los islámicos festejaron el 20 de enero de 2007 el año 1428 de la Hégida, es decir, de la ida de Mahoma a Medina, donde en el año 622 surgió esta nueva religión. El 10 de enero de 2008 los islámicos recibirán su año 1429.
Como el calendario judío es solilunar (lunar con adaptación solar) y el islámico es lunar, la variación de la fecha de celebración puede tener de año en año una pequeña variación en el primero, y en cambio, caer en cualquier época del calendario gregoriano, que es solar, en el segundo caso.
Los chinos, que el 18 febrero de 2007 festejaron la llegada del Año del Chancho 4705, se aprestan, el 6 de febrero próximo, a recibir el Año de la Rata 4706 que corresponde al 2008 cristiano.
Los originarios
Por su parte, los pueblos originarios lo hacen en diversas fechas: el 21 de junio próximo, junto con el solsticio de invierno en el Cono Sur, comenzará el Año Nuevo Andino o Ti Wanaku 5.516, que para los aymaras de Chile, Bolivia y Perú, marca además el fin de la cosecha y el inicio de la siembra.
En cambio, los mapuches celebran el 24 de junio su We Tripantu o Año Nuevo; y los atacameños de Chile, el 1 de agosto; aunque todos con la misma certeza: a las noches largas le sobrevendrán días cada vez más luminosos.
Cabe recordar que el 24 de junio los incas festejaban el Inti Raymi (Fiesta del Sol o Año Nuevo Solar) junto al solsticio, y que aunque esta costumbre fue suprimida por los conquistadores, renació de la mano de antropólogos, artistas e intelectuales que hoy lo celebran hasta en las grandes capitales del mundo.
Astrónomos y astrólogos
Desde el punto de vista astronómico es lógico empezar el año en un solsticio o en un equinoccio, ya que son los cuatro puntos de la órbita terrestre en los que culminan las estaciones y se equilibra o diversifica la duración del día y la noche.
De hecho, para los astrónomos y también para los astrólogos el año comienza entre 20 y el 21 de marzo, con el equinoccio de Primavera en el hemisferio norte (Otoño en el sur), o lo que es lo mismo, en el grado cero de Aries, primer signo del zodíaco, tal como lo pensaron las antiguas civilizaciones, incluida la romana.