Los restos del periodista y conductor televisivo Jorge Guinzburg (Foto) son inhumados en el cementerio judío de La Tablada.
El también empresario y humorista falleció ayer a los 59 años. El artista falleció el miércoles a los 59 años y su deceso deja un vacío de creatividad e impulso que le imprimió a los medios locales en los últimos 25 años.
Si bien oficialmente se señaló que Guinzburg había sido internado por una infección pulmonar que lo afectada desde niño, otras fuentes indicaron que habría fallecido en la mañana del miércoles en la Clínica Mater Dei de la Capital Federal a causa de un cáncer de páncreas que lo aquejaba desde meses atrás.
Una vez confirmada la noticia, sus familiares informaron que no iba a haber velatorio.
Guinzburg tuvo cuatro hijos (Soledad y Malena, de su primer matrimonio, y los varones Iam y Sacha de su unión con Andrea Stivel). Hincha fervoroso de Vélez Sarsfield, el múltiple creador se había iniciado en el periodismo gráfico en las legendarias revistas Satiricón y Humor.
Asimismo, fue un reconocido publicista, ganando numerosos premios internacionales como director creativo de distintas agencias, donde encontró cobijo profesional en tiempos de la dictadura.
En radio, además de guionista de Juan Carlos Mareco y Jorge Fontana, encabezó ciclos como «En ayunas», «Despabilándose con Jorge Guinzburg», «El día menos pensado», «El ventilador» y «Vitamina G».
Guinzburg se dio a conocer en TV con «La noticia rebelde», un programa que creó y condujo junto a Carlos Abrevaya, Adolfo Castello, Raúl Becerra y Nicolás Repetto. Ese equipo de hombres de saco y corbata dispuestos a la agudeza cambió para siempre el humor y el modo de analizar la realidad y los medios en la televisión argentina.
Posteriormente, pasó por distintos programas como la primera versión de «La Biblia y el calefón», el humorístico «Peor es nada», donde inventó una dupla con el músico Horacio Fontova, y «Guinzburg & Kids».
En todos esos espacios, el «petiso» fue construyendo ese personaje multifacético y explosivo que, desde la animación o la actuación, se ganó la admiración y el cariño de un público que aprendió a quererlo y valorarlo.