Desde la Basílica de San Pedro, Benedicto XVI denunció «la tentación de la humanidad de querer ser totalmente autónoma, de seguir únicamente su propia voluntad».
ROMA.- En el inicio de los actos de la Semana Santa, el papa Benedicto XVI ofició hoy una primera misa en la Basílica de San Pedro en la que se bendijeron los Santos óleos para bautizos y confirmaciones, como establece la tradición. En este rito antiquísimo estuvieron presentes sobre todo cardenales, obispos y sacerdotes.
El papa Benedicto XVI presidió la misa del Jueves Santo en la basílica de San Pedro del Vaticano, como parte de las celebraciones de la Pascua que culminarán el domingo con una solemne ceremonia religiosa y la tradicional bendición urbi et orbi.
El jefe de la Iglesia Católica oficiará asimismo esta noche en la basílica romana San Juan de Letrán la misa que conmemora la última cena de Cristo y sus discípulos y durante la cual tiene lugar la ceremonia de lavado de pies.
Durante la celebración de esta mañana llamada misa crismal, el Papa se refirió a la libertad del hombre, estimando que ésta no puede ser «verdadera» si no se enmarca en la «voluntad de Dios».
Benedicto XVI denunció «la tentación de la humanidad de querer ser totalmente autónoma, de seguir únicamente su propia voluntad» y de «pensar que el hombre no será completamente hombre» si no goza de «esta libertad sin límites».
El Jueves Santo conmemora en la religión cristiana la última cena de Cristo y sus discípulos antes de su arresto y crucifixión.
El tradicional recorrido de la Cruz del Coliseo tendrá lugar mañana por la noche en el centro de Roma. La participación de Benedicto XVI, que cumplirá 81 años el próximo 16 de abril, fue acortada este año.
El Papa se unirá a la procesión únicamente en las tres últimas de las 14 etapas que conmemoran el suplicio de Cristo y de su muerte en la cruz.
El sábado por la noche, regresará a la basílica de San Pedro para la velada Pascual antes de la misa de Pascua del domingo.