Antes del encuentro, Carbap acusó a Kirchner de «embarrar la cancha» y el jefe de Gabinete ratificó que no se anulará la suba de retenciones; los ruralistas están en la Casa Rosada y esperan a Cristina.
En un clima que combina la falta de expectativa con la desconfianza mutua y resabios de tensión, Cristina Kirchner (Foto) recibirá a los jefes de las cuatro entidades del campo que lideraron el paro de 21 días contra la suba a las retenciones de granos que el Gobierno había dispuesto a principios de marzo.
Los representantes del campo, los presidentes de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías, de Coninagro, Fernando Giono, y el de Federación Agraria, Eduardo Buzzi llegaron a la Casa Rosada poco después de las 12.30 y esperan ser recibidos por la jefa del Estado.
Por el Gobierno, participarán de la reunión, además de la Presidenta, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, y el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pessoa. El ministro de Economía, Martín Lousteau, será el gran ausente: está en Washington para reunirse con el secretario del Tesoro, Henry Paulson.
El encuentro será el primero después de que los ruralistas dispusieran una tregua de un mes en la medida de fuerza para sentarse a negociar con las autoridades, aunque con la amenaza de retomar las protestas si el diálogo no produce resultados concretos. Pese a que esa es la aspiración de los líderes agropecuarios, no se esperan definiciones tajantes como resultado de esta primera reunión.
La audiencia se concretará además a diez días del comienzo de la tregua y pocas horas después de que el ex presidente Néstor Kirchner acusó a los ruralistas de «intolerantes» y cuestionó con dureza los piquetes que se multiplicaron en el país durante el paro y el desabastecimiento de varios alimentos.
Posiciones
Las posturas y propuestas con las que las partes llegarán al encuentro están claras. Mientras que el Gobierno pondrá sobre la mesa mayores precisiones sobre cómo instrumentará el sistema de reintegros para pequeños productores que anunció el 31 de marzo pasado, el campo insistirá con la exigencia de que se anule la última suba a las retenciones que llevó ese valor del 35 al 44 por ciento en promedio.
Además, el agro pretende extender el espectro y presentar las propuestas que formularon en los últimos tres años para distintas actividades (principalmente para trigo, carne y leche). Sin embargo, los ruralistas no esperan abordar cuestiones específicas.
Ante este panorama, la reunión de hoy aparece como un primer acercamiento más destinado a producir gestos de distensión que avances concretos.
Palabras previas. En la antesala del encuentro, el Gobierno se encargó de dejar clara una vez más su postura. Alberto Fernández aseguró esta mañana que «definitivamente no» se está pensando en la posibilidad de anular la última medida de aumento de las retenciones a las exportaciones de granos.
Volvió a defender el sistema al señalar que se basa en un «criterio más equitativo», y celebró el diálogo que tendrá lugar en la Casa Rosada. Además, aprovechó para acusar a las entidades de haber tenido «una posición muy firme de no querer dialogar».
Fernández, en diálogo con radio América, fue contundente a la hora de fijar límites y, al ser consultado sobre los cambios en las retenciones que reclaman los productores, fue tajante: «No es lo que estamos pensando, definitivamente».
Cancha embarrada. Antes de la reunión, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Pedro Apaolaza, cuestionó a Kirchner por su discurso de ayer.
«Se embarra un poco la cancha», deslizó el dirigente en declaraciones a radio América. Cuando se le preguntó si se refería a las declaraciones que ayer hizo el ex presidente, no dudo: «Exactamente. A 24 horas de la reunión que la Presidenta convoca no debería haber dicho absolutamente nada», se quejó.
Consultado sobre su expectativa frente a la reunión, combinó la ratificación de los reclamos con cierto optimismo. Lo que quitan por el lado de las retenciones, lo quieren devolver con compensaciones. Eso genera una enorme burocracia y también mucha corrupción», sostuvo sobre el pago de reintegros que propone el Gobierno.
Por otra parte, evaluó que no se puede dejar de ir [a la reunión en la Casa Rosada] con esperanzas de que vaya a haber una solución» y que «es una chance decisiva» para destrabar el conflicto.
Urgencia. Por su parte, el vicepresidente de CRA, Néstor Roulet, instó a buscar una rápida salida al conflicto. «Hay que superar este trance urgente. El productor está en plena actividad económica y no sabe qué hacer: no se vende, se empezó a resentir la cadena de pagos y eso no es bueno», advirtió en declaraciones a radio América.
Aunque insistió en que el campo volverá a pedir la anulación de la suba a las retenciones, concedió que si el Gobierno no piensa dar marcha atrás, entonces habrá que trabajar en los «efectos no deseados» del aumento.
En este contexto, aseguró que habrá que atender a la situación «del pequeño y el mediano productor, el mercado a término, la diferencia que resulta entre ingresos y costos y la expectativa de siembra».