El polémico secretario de Comercio reapareció junto a Cristina Fernández en la Casa Rosada. Por ahora, se fue el secretario de Agricultura y se demora su sucesor, mientras que seis cobistas fueron echados de la administración nacional. Cristina de Kirchner parece dispuesta a que no le manejen los tiempos para el recambio del gabinete, tras el fracaso de su estrategia a favor de las retenciones móviles. El más polémico de sus funcionarios, Guillermo Moreno (foto), ayer la acompañó en el acto en el que se anunció la compra de Aerolíneas Argentinas.
Sin bien en el seno del oficialismo se reconocen cambios de perfil y de gestión, la mandataria aparece decidida a tomarse cuanto menos algunas horas. Hasta el momento sólo hubo cambios con la salida de De Urquiza en Agricultura, y de seis funcionarios allegados al vicepresidente, Julio Cobos.
Incluso Néstor Kirchner ha dado un paso atrás en la escena pública, tras la fallida pulseada en el Congreso. La eventual salida de Moreno y la designación de su sucesor serían señales claras de cuánto seguirá incidiendo el ex mandatario, o de cuál es la magnitud del cambio que analiza la presidenta.
Moreno comandó la intervención en el Indec que incluyó actos de violencia, gestionó los cambios en el Indice de Precios al Consumidor que precipitaron el descrédito del organismo y presionó inútilmente por los acuerdos de precios que resultaron inútiles para frenar la inflación.
Si su reemplazante eventual es Ricardo Echegaray, quien está hoy al frente de la Oficina de Control Comercial Agropecuario (Oncca), entonces se dará por descontado que Néstor Kirchner sigue vigente en el ejercicio del poder. El hombre que maneja la millonaria caja de subsidios para bajar los precios de los alimentos, es objeto de críticas de los productores, que difícilmente reciben lo que la Oncca gestiona.
Si en cambio Moreno es reemplazado por el ex subsecretario Pyme, Eric Calcagno, o la titular del Banco de la Nación, Mercedes Marcó del Pont, la presidenta habrá dado una clara señal de moderación en su perfil de gestión.
¿Condicionada?
Las demoras en la inminente designación del titular del INTA, Carlos Cheppi, para ocupar la Secretaría de Agricultura, parecen indicar que las presiones por moderar el perfil vienen de adentro mismo del Gobierno.
Cheppi sabe que su renunciado antecesor, Javier de Urquiza, pudo hacer poco y nada, entre las exigencias de Néstor Kirchner, las desobediencias de Moreno y las presiones de Echegaray desde la caja del organismo que maneja.
El campo, de hecho, no pide sólo un cambio de interlocutores sino de formas e incluso de diseño de políticas. Hasta el reciente acuerdo del sector lechero está cuestionado.
Por el momento, el presidente del PJ y su esposa y mandataria se han recluido sin mostrar sus próximos pasos. Excepto la salida de los cobistas que ocupaban cargos en distintas áreas del gobierno nacional.
A través de la decisión del ministro Julio de Vido, la presidenta echó al subsecretario de Combustible, Alejandro Rodríguez; al director nacional de Refinanciación y Comercialización, Eduardo Moreno; al director nacional de Exploración, Producción y Transporte, Miguel Hassekiff; al director nacional de Economía de los Hidrocarburos, Carlos Fernández; a la directora de Combustibles Líquidos, Laura Fagot, y al director de Gas Licuado y Petróleo, Daniel Sosa Medina.