Después de 72 días de navegación, el 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana divisó Tierra.
Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó algo que ni siquiera Cristobal Colón había imaginado: la unión de dos mundos.
El encuentro permitió que América recibiera un gran legado cultural, de adelantos y de expresiones artísticas no sólo occidentales sino también orientales, y que Europa percibiera la riqueza cultural, los avances, el ingenio y el arte del Nuevo Mundo.