Verdasco le ganó a Acasuso por 6-3, 6-7, 4-6, 6-3 y 6-1 y puso el 3-1 que asegura la victoria de su equipo en Mar del Plata. Así, los europeos repiten los éxitos logrados en 2000 y 2004.
Con el escenario que ni el español más optimista se esperaba, llegó el gran día de la definición de la Copa Davis.
Obviamente con el cuarto punto antes del quinto, pero sin esa misma lógica a la hora de ver quienes fueron los elegidos por los capitanes para dicho encuentro. El partido que en la previa iba a enfrentar a los número uno de cada país cambió radicalmente y puso en el tapete a dos que el viernes estaban en el tercer escalón de cada equipo. José Acasuso de un lado, para intentar igualar la serie tras el 2-1 de ayer y Fernando Verdasco del otro, queriendo liquidar el trámite.
Verdasco, el reemplazante de David Ferrer tomó la posta con su saque y pese a que le tembló el pulso y tiró varias pelotas fuera de la cancha, se quedó con el primer juego del partido. El comienzo de Chucho fue un poco más preciso, a la altura de las circunstancias. El argentino entró enchufado y apenas regalando un punto en la red, levantó a la gente que desde el sorteo comenzó a gritar «lo damos vuelta».
Con el correr de los primeros puntos del set inicial, el juego del español creció pero a la vez el de Acasuso se mantuvo en un buen nivel. Verdasco ajustó su saque y apostó a puntos cortos. El misionero todo lo contrario. Comenzó a mover a su rival y se mostró muy activo corriendo hasta la última pelota como si fuese justamente la definitoria. Así fue que obligó en más de una ocasión al europeo a equivocarse.
Y fue así que pasaron cinco games hasta el primer quiebre de saque. Con Acasuso al frente del servicio, llegaron cuatro errores, tres de ellos no forzados y el juego para que el español quede arriba 4-2. Verdasco jugó muy bien de contra, le agarró la mano a la raqueta del argentino y después sólo tuvo que confirmar la contundencia de una estadística temible: 15/16 (94%) con el primer servicio, hasta el momento. España un peldaño más cerca de conseguir la Copa Davis.
Chucho respondió al revés de su anterior turno con el saque y fue contundente para descontar. Y hasta tuvo la chance de nivelar el marcador, cuando el español erró una pelota y quedó break point abajo. Pero el madrileño volvió a ajustar su saque aún un poquito más y rompió con la ilusión de remontar el primer set. El encargado de liquidar el asunto fue Acasuso con una pelota que se fue apenas larga. Final 6-3 para España, acariciando la Ensaladera.
Con la presión de haber quedado abajo en el marcador, el comienzo del segundo set fue vertiginoso y totalmente favorable para Acasuso. El misionero, reemplazante de Juan Martín del Potro, ganó doce de los catorce puntos disputados en los tres primeros games y rápidamente consiguió un quiebre fundamental para seguir en la pelea. Verdasco con el segundo saque no fue lo mismo que con el primero y Chucho lo aprovechó: 3-0 y delirio en el Polideportivo de Mar del Plata.
Para poder estar tranquilo y llevarse el set, Acasuso debía mantener el saque y no pensar en más que eso. Pero no fue así. Ni en el séptimo, en el octavo y en el noveno game, ni el argentino ni el español pudieron mantener sus servicios y por eso el parcial se terminó nivelando a favor de Verdasco y en contra de Chucho, que servía para liquidar un nuevo capítulo. El décimo fue del madrileño sin problemas y la historia quedó 5-5. Un tramo en el que el misionero pasó del cielo al infierno y viceversa en apenas unos minutos.
Tras dos games dentro de la normalidad, con un juego para cada lado, toda la tensión y el dramatismo se fueron al tie break para definir el segundo parcial. Chucho arrancó contundente, sacó una buena ventaja y pese a que Verdasco igualó 3-3, el argentino ganó cuatro puntos seguidos para devolver al equipo de Luli Mancini a la carrera por la Ensaladera. Set iguales y a jugar un nuevo partido. Acasuso no sólo ganó el parcial. Se sacó un diez en reacción y un aprobado en inyección anímica.
El tercer set comenzó con la misma irregularidad con la que se desarrolló el final del segundo. Chucho, embalado por el buen cierre rompió el servicio de Verdasco, muy flojo con su segundo saque, pero también falló y quedó todo igualado. Claro, pero el madrileño llegó a las ocho doble faltas y no ganó ni siquiera un punto en ese tercer juego, que quedó para el argentino. Momento ideal para confirmar la ventaja y respirar aunque sea por un rato.
Y así fue que Chucho ganó su servicio, de una vez por todas, y pudo tomar aire fresco por un rato. Sí, por un rato apenas, porque en el octavo game con el 30-30 erró un smash increíble sobre a red y le sirvió en bandeja la chance al español para que pudiera quebrar y nivelar otra vez el desarrollo. Partido cambiante si los hay. Set iguales y 4-4. ¿Eso fue todo? No. Acasuso volvió a sacar el orgullo de adentro y se puso 5-4 arriba, con la posibilidad de servir para ganar el parcial.
Vibrante fue la definición del tercer set. Chucho necesitó de cuatro chances para poder quedarse con su game y también con el parcial que adelantó a Argentina en el cuarto punto de la final de la Copa. Pero el esfuerzo que hizo para ganar y tener la ventaja a su favor comenzó a pagarlo muy caro.
El cuarto set comenzó parejo y recién el primer desnivel llegó en el sexto juego. Verdasco le rompió el servicio al argentino y se escapó en el marcador por 4-2. Pese a que Acasuso tuvo su chance para recuperar el quiebre, el tren pasó y finalmente el set quedó para el hombre de Madrid, actual número 16 del mundo por un contundente 6-3.
En el quinto, el cansancio siguió haciendo mella en el cuerpo del misionero. Luego de unos masajes en el abdomen, Chucho volvió a la cancha y Verdasco no perdonó. Rápidamente se fue 4-0 arriba y terminó liquidando la ilusión y el sueño de Argentina en la Copa Davis por 6-1. España es campeón por tercera vez en su historia.
Ni la ausencia de Rafael Nadal, el mejor jugador del mundo sirvió para que Argentina se quedara con la Ensaladera de Plata por primera vez en su historia. Tres finales jugadas y las tres perdidas. Hay material para ir por una cuarta y quizás muchas más. Pero oportunidades como la de la versión 2008 difícilmente habrá. Esta vez, la caída hizo mucho ruido.