El partido finalizó 1 a 0 para el equipo de Cagna. El conjunto que dirige Ischia se adjudicó el torneo por diferencia de gol. Leandro Lázzaro, a los 22 minutos del segundo tiempo, convirtió el tanto. Sobre el final fue expulsado Palacio.
Los campeones coincidieron en lo parejo que fue el choque final ante Tigre y que la recuperación del equipo se dio luego de ganarle el clásico a River. El logro se lo dedicaron a Pedro Pompilio. Otra estrella en el firmamento azul y oro.
En el comienzo del partido, como se esperaba, se pudo ver a dos equipos nerviosos, ansiosos, tratando de llegar al gol antes de patear al arco, provocando que todo sea muy confuso, trabado y sin situaciones de gol.
En ese panorama, siempre dio la sensación de ser más firme Boca, pero cuando atacaba dejaba muchos espacios atrás y exponiéndose de manera innecesaria a contras, que para su suerte Tigre no supo aprovechar, sobre todo en el primer cuarto de hora.
La sensación de dominio de Boca se basaba en el buen trabajo de Cristian Chávez, el más claro de todos en el equipo de Carlos Ischia de mitad de cancha hacia delante, pero pocas veces encontró la compañía que necesitaba de Leandro Gracián.
La primera situación clara del partido tardó 20 minutos en llegar: Chávez habilitó de manera perfecta a Luciano Figueroa, quien dentro del área quiso cruzar su remate pero salvó bien el arquero Luis Ardente.
Esa situación animó al conjunto de la ribera, que comenzó a buscar el gol con más gente pero carecía de profundidad como para liquidar la historia.
Por su parte, los de Victoria insinuaban cuando atacaban poder generar peligro, sobre todo con las pelotas cruzadas al área, pero esas situaciones se diluían debido a que fallaban en el toque final.
Lo curioso de la primera etapa fue que dentro de un partido trabado y mal jugado, los dos equipos dispusieron de mucho espacio como para poder lastimar al rival, pero el apuro y las ganas pudieron más y eso los llevó a cometer muchos errores.
Sobre el final del primer tiempo llegó la única situación de gol para Tigre, luego de un mal pase de Lucas Viatri, quien habilitó involuntariamente a Martín Morel, pero el enganche del equipo de Victoria, cuando lo tenía a Leandro Lazzaro solo por la derecha eligió rematar al arco para que Javier García mate la pelota contra su pecho sin dar rebote.
Con el empate en cero se fueron los primeros 45 minutos, donde ninguno de los dos hizo demasiado para estar en ventaja, algo que a Boca le venía más que bien porque con ese resultado le alcanzaba para consagrarse campeón.