No, el partido no se suspendió por incidentes: Fuertes metió un golazo inolvidable y San Lorenzo, fuera de sí, sufrió tres expulsiones en seis minutos. «El Bichi» aumentó la diferencia y Torres, de cabeza, selló el 3 a 0.

Foto Diario UNO

95 goles lleva Esteban Fuertes en Colón, por lo que está a sólo cinco de los 100. En total, convirtió 90 por torneos locales, tres en la Copa Libertadores 1998 y dos en la Copa Sudamericana 2003.

Es difícil analizar uno de los partidos más raros que se hayan visto en el Brigadier López en los últimos tiempos. Porque Colón era más que San Lorenzo, pero las diferencias no eran tan grandes como para que, en apenas seis minutos, la historia pase de 0 a 0 y 11 contra 11, a 1 a 0 y 11 contra 8. ¿Cómo se discute sobre un encuentro que, de un momento a otro, queda totalmente desvirtuado por tres expulsiones, dos de ellas inexplicables ? Tan desvirtuado que los propios jugadores Rojinegros, quizás entendiendo que alguna vez les puede tocar estar en la vereda de enfrente, le bajaron el ritmo a una noche en la que, si se decidían a apretar el acelerador a fondo, terminaba en goleada histórica.
De todas maneras, las rojas (todas correctas) que repartió Saúl Laverni para Santana, Bergessio y Bottinelli, no deben opacar otra noche espectacular de Esteban Fuertes, que está cada vez más cerca de su gran objetivo: los 100 gritos con la sangre y luto.
Porque el dueño de casa jugaba mejor, y se había quedado con un hombre más en cancha cuando todavía faltaban 35 minutos de juego. Pero lo que allanó definitivamente el camino de la victoria para Colón fue ese bombazo espectacular, inolvidable, que el Bichi clavó en el ángulo izquierdo de Hilario Navarro. Y después, por las dudas, más allá de que la batalla ya era desigual, le quitó una pelota a Aguirre y definió con un violento derechazo para liquidar el pleito.

Pocas diferencias

Miguel Ángel Russo sorprendió minutos antes del partido, cuando confirmó la formación con Gómez acompañando a Bergessio en el ataque, cuando se preveía que el Papu jugaría como enlace, para asistir a Lavandina y Fornaroli, que finalmente se quedó en el banco. Así, el entrenador decidió salir a esperar a Colón, que convirtió el Centenario en una fortaleza inexpugnable en lo que va de este Clausura.
El Sabalero arrancó mejor y pudo desequilibrar el marcador a los tres minutos, con un buen remate de Fuertes que se estrelló contra el palo. En el primer cuarto de hora, el local fue dueño absoluto de la pelota, ante un Ciclón que se dedicaba a tirarle largos pelotazos a Bergessio, que fue devorado por Goux, a quien no pudo pasar nunca. La última línea Rojinegra apuntalaba a un equipo que también tuvo buenos rendimientos en el mediocampo, con Prediger como mejor exponente.
Arriba, le alcanzaba con tirarle la pelota larga a Mena, a espaldas de Bottinelli y Voboril, que nunca entendieron de qué manera escalonarse para contrarrestar la velocidad del colombiano. Pese a tener el monopolio absoluto del balón, los de Mohamed no supieron cómo desequilibrar en los últimos metros, porque más allá de aquel disparo del Bichi en el palo, sólo inquietó con un intento de media distancia de Ramírez.
En el complemento, el visitante arrancó un poco mejor, parado unos metros más adelante en el campo de juego. Nada hacía suponer lo que pasaría a partir de los 10 minutos: Sciorilli encaró desde la derecha hacia el centro, como el Turco le había pedido durante toda la noche, y Santana lo bajó. Laverni le mostró la segunda amarilla y los de Boedo se quedaron con diez. Fuertes la acomodó, Oyola la movió y el delantero sacó un misil inatajable para el 1 a 0.
Seguramente, Russo pensaba cómo hacer para dar vuelta el marcador mientras Mohamed evaluaba cómo cerrar el triunfo, pero Bergessio y Bottinelli no les dieron tiempo: Lavandina le pegó desde atrás, sin ningún tipo de necesidad, a Goux, y se fue a las duchas sin discutirle nada al árbitro. Apenas cuatro minutos después, Bottinelli le metió un planchazo criminal a Ramírez, que estaba en el piso, cuando la pelota ya estaba en otra parte, y no se le cayó la cara de vergüenza para recriminarle la expulsión a Laverni.
Para que el Sabalero no sufriera, Aguirre le regaló una pelota a Fuertes, que fusiló a Navarro. Luego, el local se dedicó a hacer correr la pelota y no tirar lujos innecesarios ante la superioridad numérica. Torres, de cabeza, hizo el 3 a 0. El Brigadier López fue una fiesta: el descenso es casi historia antigua, el equipo está 2º y hasta se ilusiona con las Copas.

El número

95 goles lleva Esteban Fuertes en Colón, por lo que está a sólo cinco de los 100. En total, convirtió 90 por torneos locales, tres en la Copa Libertadores 1998 y dos en la Copa Sudamericana 2003.

Fuente Diario UNO