Fueron encontrados a unos 1.200 kilómetros de la costa brasileña, donde hace 8 días cayó el Airbus que llevaba 228 personas a bordo.
A pedido de Francia, Estados Unidos enviará equipos submarinos de alta tecnología para rastrear las cajas negras. Diecisiete cadáveres ya fueron rescatados por naves de las armadas brasileña y francesa en aguas del Atlántico, donde el domingo pasado cayó el Airbus 330 que cumplía el vuelo 447 de Air France entre Río de Janeiro y París, con 288 personas a bordo.
Agencias internacionales informaron ayer la recuperación de 17 cuerpos pertenecientes a víctimas del accidente y de decenas de restos de la aeronave cerca del archipiélago rocoso San Pedro y San Pablo, precisaron autoridades navales y aeronáuticas de Brasil en una conferencia de prensa.
Los nueve cadáveres hallados por la Marina brasileña fueron trasladados en la fragata «Constituicao» hacia la isla Fernando de Noronha, base de los operativos de búsqueda, y los ocho restantes fueron llevados por la fragata francesa «Ventose».
Los equipos de rescate de ambos países procuran además recoger decenas de restos del avión que son avistados desde los aviones que sobrevuelan el área donde se hundió el Airbus.
Un nuevo grupo de peritos en identificación de cadáveres arribó a Fernando de Noronha para recibir los cuerpos.
El comando conjunto de la Fuerza Aérea y la Marina brasileñas precisó anoche la recuperación de nueve cuerpos -cuatro hombres cuatro mujeres y uno sin identificar- durante el fin de semana por sus equipos de rescate, consigna un despacho de la agencia italiana de noticias Ansa.
Otros ocho fueron recogidos de alta mar por la fragata francesa «Ventose», dijo el teniente coronel Henry Munhoz, portavoz aeronáutico, durante la rueda de prensa en el centro de control aéreo de Recife, estado de Pernambuco.
El lugar donde «tal vez» cayó el Airbus está en aguas jurisdiccionales de Brasil que contornan el archipiélago San Pedro y San Pablo.
El portavoz militar adelantó que también «decenas de restos de piezas» de la aeronave siniestrada fueron recolectados de alta mar.
Horas antes la Fuerza Aérea había divulgó la foto de un fragmento del avión con manchas de óxido y la inscripción «Air France».
Hasta ahora no han podido localizar las cajas negras que registran los sonidos en la cabina -entre ellos las conversaciones de los pilotos- y los datos del vuelo, que podrían estar a unos 3.000 metros de profundidad.
A pedido de Francia, Estados Unidos enviará equipos submarinos de alta tecnología para rastrear el aparato, clave para entender los motivos de la catástrofe aérea.
Los cadáveres fueron llevados por la Fragata «Constituicao» hasta 300 kilómetros de la isla de Fernando de Noronha, el punto de tierra firme más cercano, y desde allí por un avión Hércules C-130 hasta Recife, donde la Policía Federal de Brasil y de la Policía Civil de Pernambuco realizarán la identificación.
El capitán Giucemar Barbosa, portavoz de la Armada, indicó que cinco barcos brasileños y una fragata francesa están en la región de la búsqueda. «Los equipos de rescate continúan dando prioridad a los cuerpos», afirmó.
Además de los 17 cuerpos fueron localizados dos asientos del Airbus 330 que se precipitó al mar cuatro horas después de partir desde el aeropuerto internacional Tom Jobim de Rio de Janeiro hacia París, a las 19, hora local.
En París, fuentes de la investigación informaron que el Airbus envió 24 mensajes de desperfectos antes de hundirse en al Atlántico, entre ellos la caída del sistema eléctrico y la despresurización de la cabina, que es todo lo que se sabe hasta ahora sobre las causas del accidente.
Para identificar a los cadáveres, la Policía Federal de Brasil recolectó cabellos y saliva de familiares directos de las víctimas para comparar los ADN, en caso de que sea necesario.
Previamente, los parientes de las víctimas brasileñas reunidas en el Hotel Windsor de Río de Janeiro recibirán fotografías de los cadáveres y de los objetos encontrados flotando en el mar.
«Nos informaron que los cuerpos serán identificados por fotografía. Tal vez el estado de los cadáveres nos permita una identificación visual», dijo Maarten Van Sluys, hermano de la pasajera Adriana Van Sluijs, periodista que trabajaba en la central de prensa de la empresa petrolera Petrobras.