El muchacho que iba al volante del Fiat Uno rojo, que atropelló a dos peatones la mañana del viernes, declarará mañana en Tribunales.
Está acusado por el «homicidio culposo» de Estefanía Presser, una estudiante de medicina de 19 años; y por «lesiones graves culposas» contra Maximiliano Cuello, un santotomesino de 22 años que se recupera en un sanatorio privado de su ciudad. Mientras Daniel Presser, el papá de la víctima, viajaba rumbo a Santo Tomé a reunirse con los familiares del sobreviviente de la tragedia, el juez Correccional N° 6, José Luis Giavedoni, ordenaba las medidas tendientes al esclarecimiento del caso.
Con los elementos recolectados en el lugar del hecho por la policía, el magistrado pidió una «pericia mecánica«, para determinar la velocidad a la que viajaba el bólido, que tras pasar el semáforo de la esquina de 25 de Mayo y Suipacha, impactó contra los jóvenes que estaban cruzando la calle.
Con el transcurso de los días se comenzaron a conocer detalles que le permitirán al juez tener una idea más acabada de cómo fue que se produjo el siniestro en el que perdió la vida la estudiante universitaria del 1º año. No obstante, serán de vital importancia para la causa los testimonios del conductor y sus acompañantes, por un lado; tanto como el de la víctima que se recupera, los testigos ocasionales y el personal de los servicios de emergencia que trabajaron en el lugar.
Proceso en libertad
Mientras la declaración indagatoria está prevista para mañana, se cree que el resto de los involucrados deberán desfilar por Tribunales durante esta semana, e incluso la próxima.
En cuanto a la responsabilidad penal que le cabe al imputado, fuentes del caso indicaron que no corresponde privarlo de la libertad puesto que el delito que se le imputa tiene prevista una pena de entre 3 y 5 años de prisión, cuyo cumplimiento se hace efectivo sólo si en caso de ser declarado culpable la pena supera los 3 años.
Mientras tanto, el joven -que es hijo de un policía de la Unidad Regional Uno-, tendrá que cumplir ciertas pautas impuestas por el Juzgado, entre las que se prevé la prohibición para conducir y el inminente retiro de la licencia por parte de la autoridad de Tránsito competente.
Además, como no existe peligro de fuga, ni la libertad del imputado pone en riesgo la investigación, el juez entendió que por el momento no existe motivos para ordenar su detención.
En cuanto al resto de los ocupantes del auto, eran un hermano del conductor, un amigo de la zona oeste y una muchacha, también vecina. Juntos regresaban a sus casas después de una noche de fiesta y todos ellos tenían aliento a bebidas alcohólicas.