La evaluación mecánica del vehículo que atropelló a la estudiante de Medicina de Esperanza arrojó que iba con exceso de velocidad.

Foto archivo ElLitoral.com

El choque se produjo el 12 de junio por la mañana, cuando dos jóvenes cruzaban 25 de Mayo al 3000, casi Suipacha. El juez Correccional N° 6, José Luis Giavedoni, procesó el miércoles pasado al conductor del Fiat Uno rojo (foto) que atropelló a una pareja de peatones, cuya consecuencia fue el fallecimiento de una joven de 19 años y lesiones de carácter grave a un muchacho de 22 años, oriundo de Santo Tomé.

En el decreto judicial se le imputa a Matías Gabriel Cardozo ser autor probable de los delitos de «homicidio culposo y lesiones graves culposas, agravadas por la conducción de un vehículo automotor, en concurso ideal«. La figura se refiere a la trágica muerte de Estefanía Presser, la estudiante de Medicina, que cursaba el primer año de la facultad en la capital provincial. Junto a ella estaba Maximiliano Cuello, que si bien salvó su vida debió atravesar varios días de internación y someterse a operaciones por las que todavía se encuentra en reposo.
Para dictar el procesamiento, Giavedoni prestó especial atención a la pericial mecánica, que por recomendación de la fiscal N° 1, Liliana Lauxmann, la realizó un perito de la Corte. Además, la labor del profesional elegido por sorteo estuvo monitoreada por los peritos de las partes, que tuvieron la posibilidad de hacer un minucioso seguimiento de la evaluación de la prueba.

Exceso de velocidad

Fuentes vinculadas al caso confirmaron que el perito dictaminó que la velocidad del vehículo que embistió a los dos peatones era superior a los 70 km por hora, al menos 30 km/h por sobre la máxima permitida para circular en esa arteria.
El accidente que se cobró la vida de Estefanía Presser ocurrió el viernes 12 de junio, alrededor de las 7.30 de la mañana, en calle 25 de Mayo, escasos metros al sur de Suipacha.
Además de la prueba elaborada por el ingeniero mecánico, constan en el expediente las declaraciones de al menos cinco testigos, ubicados en diferentes puntos con respecto al lugar del impacto. Uno de ellos, que a esa hora de la mañana se dirigía a un centro médico cercano, aseguró que el Fiat Uno llevaba una velocidad considerable cuando cruzó por 25 de Mayo y Junín, unos 120 metros antes de la catástrofe.
Los demás eran una chica que iba a trabajar; un estudiante secundario que estaba esperando el taxi sobre calle 25 de Mayo; un médico que aguardaba que el semáforo le diera el verde, por Suipacha; y otro muchacho que caminaba por calle 25 de Mayo, y se estremeció al oír el impacto y ver volar los cuerpos.

Volvían del boliche

A pesar de lo confuso del caso hay algunas cuestiones sobre las que no existen dudas: una de ellas es que el Fiat Uno cruzó la calle con el semáforo en verde. Y se descarta la idea de que otro auto los haya encerrado y obligado a realizar una brusca maniobra que los llevara contra el cordón.
Tal como se pudo establecer durante la investigación, Cardozo viajaba junto con su hermano de 22 años, un amigo de 23 y otra chica de 22, todos del mismo barrio. Según sus dichos regresaban a sus hogares, provenientes de una de las confiterías bailables de la Recoleta.
El decreto por el cual se lo procesó a Matías Cardozo no se encuentra firme por el momento y no se descarta que la defensa presente alguna objeción a la resolución que le atribuye responsabilidad penal a su cliente.
Por el lado de la familia fuentes cercanas destacaron “la predisposición del juzgado y de la fiscalía” que dieron garantías de transparencia durante el proceso, no sólo a las víctimas, sino también para el imputado.