Tras la consagración ante Roger Federer, ayer el tandilense posó con la copa en la cima del Empire State. «Recuerdo el último punto y me agarran escalofríos«, contó.

Foto AFP

Alrededor de cincuenta cronistas aguardan en el aeropuerto internacional de Ezeiza el arribo del tandilense, flamante campeón del Abierto de los Estados Unidos. Allí brindará una conferencia y después viajará hacia Tandil, su ciudad, donde continuarán los festejos por su gran conquista.

Después de su victoria sobre el suizo Roger Federer, el tandilense celebró con su entorno en un restaurante de Manhattan.
Allí estuvieron entonces los integrantes de su cuerpo técnico, su manager y los periodistas que cubrieron el torneo, invitados especialmente por el deportista.
«Cada cinco minutos se me viene a la cabeza la imagen del último punto y me agarran escalofríos», dijo Del Potro y reconoció que recién cuando pasen algunos días llegará a comprender la real dimensión de su logro.
Respecto al partido contra Federer, explicó que no comenzó bien y que perdió el primer set «muy rápido». «Con Roger tenés que jugar 10 puntos todo el partido, y yo no arranqué bien, pero después empecé a encontrarle los puntos débiles», detalló.

Un triunfo histórico

Del Potro hizo realidad uno de sus máximos sueños, al coronarse campeón del Abierto de los Estados Unidos tras derrotar al número uno del mundo, el suizo Roger Federer por 3-6, 7-6 (7/5), 4-6, 7-6 (7/4) y 6-2, en más de cuatro horas de titánico partido disputado en el mítico estadio Arthur Ashe de Nueva York.
Del Potro, sexto sembrado del torneo, ganó así su primera corona de un Grand Slam y dejó al primer favorito Federer con las ganas de conquistar su sexto título consecutivo de US Open.
El tandilense, de 20 años, se convirtió en el primer argentino en subir al trono del US Open desde que su compatriota Guillermo Vilas se coronara en 1977.
Ahora el tandilense se ubica en la quinta posición del ranking mundial de la ATP y se acercó al número cuatro, el serbio Novak Djokovic.