Miles de personas le tributaron una emocionada despedida a la «Negra«, fallecida a los 74 años, y acompañaron el cortejo fúnebre desde el Congreso Nacional, donde se realizó el velatorio, hasta el cementerio de la Chacarita, donde fueron cremados sus restos.
El cielo se limpió un instante tras la tormenta de la madrugada y el sol salió a las 11.15, tras lo cual el ataúd coronado por un ramo de rosas amarillas fue depositado en un coche fúnebre para llevar los restos de Mercedes Sosa a la Chacarita.
El domingo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su esposo, Néstor Kirchner, ministros, familiares de Mercedes y personalidades de la música, las artes y la cultura le dieron el último adiós a la popular intérprete tucumana que junto a Carlos Gardel integra el Olimpo del canto argentino.
Diego Maradona, Charly García, Teresa Parodi, Alfredo Alcón, Peteco Carabajal, Luis Alberto Spinetta, el Chango Spasiuk, Liliana Herrero, Eduardo Falú, Alejandro Lerner, Julia Zenko, entre muchos otros, se acercaron al Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, donde fueron velados los restos de Mercedes.
Una multitud de anónimos ciudadanos desfilaron a lo largo de las 24 horas que se extendió el velatorio y depositaron flores como homenaje a la cantora que fue aclamada mundialmente y reconocida por su defensa de los derechos humanos.
El ataúd fue cerrado cerca de las 11 de la mañana de ayer, luego de que los presentes entonaran «Luna tucumana», zamba del maestro Atahualpa Yupanqui cantada en honor a la provincia que vio nacer y crecer a la artista.
Aplausos cerrados, flores arrojadas sobre el coche fúnebre, gritos y llantos acompañaron la salida del cuerpo de Mercedes Sosa desde el Congreso, con una compacta procesión de ciudadanos que siguió a pie la marcha del cortejo a lo largo de varias cuadras por avenida Callao.
Otros cientos de personas aguardaban a esa misma hora el arribo del cuerpo de la cantante en el Cementerio de la Chacarita bailando chacareras y cantando.
El cortejo fúnebre llegó a las 12.15 hasta la capilla del cementerio, donde el féretro fue bajado a manos de su hijo Fabián, su hermano Cacho, sus sobrinos y el músico Víctor Heredia, para que recibiera el responso y posteriormente fuera llevado hasta la sala de cremaciones.
Teresa Parodi, Peteco Carabajal, Piero y José Luis Castiñeira de Dios fueron algunos de los músicos que acompañaron la procesión y llegaron hasta la Chacarita para una despedida definitiva.
Con palabras a cargo del padre Carlos, la pequeña ceremonia religiosa finalizó con el rezo del Padre Nuestro y el Ave María y posteriormente, Fabián se quedó abrazado a su hija junto al féretro en el último adiós.
La familia y la multitud emprendieron entonces una nueva marcha hasta el crematorio, para cumplir con el deseo de la cantora.
Sus cenizas serán repartidas entre Tucumán, Mendoza y Buenos Aires, en ceremonias que posiblemente incluyan alguna actividad musical y que no serán de exclusivo carácter íntimo y familiar.
Coqui Sosa, sobrino de la intérprete, explicó a Télam que «habrá una mezcla de cosa privada con mucha conexión con la gente que tanto la quiere y que lo ha demostrado de manera tan impresionante en estos días».
El también músico, agregó que la elección de Tucumán, Mendoza y Buenos Aires como sitios donde esparcir las cenizas de la intérprete «representan puntos muy fuertes en la vida de Mercedes, pero son provincias que representan a todo el país».
A los 74 años y luego de una internación de más de 20 días a raíz de una infección renal aguda que se extendió a los pulmones y el corazón, Mercedes Sosa dejó de existir en la madrugada de ayer, transformando a su voz y su canto en uno de los sonidos eternos que puede atesorar con orgullo el pueblo argentino.