Por la suba de los precios los santafesinos deciden comprar menos o cortes de menor calidad. Indicaron que es difícil resignarse a dejar de lado el preciado alimento argentino por excelencia.
Mientras el Gobierno Nacional insiste en que no hay una escalada de precios por la inflación sino sólo un reajuste, los santafesinos no esconden su malestar por lo caro que es ir al supermercado. En estos últimos días la vedette de los comentarios es la carne de vaca. Frente a lo difícil que se hace sostener la ingesta periódica del característico alimento nacional, las amas de casa optan por comprar un poco menos y complementarlo con más ensaladas u otra guarnición o bien inclinarse a productos más accesibles al bolsillo como el pollo.
Las expectativas de que el precio baje en el corto plazo son bajas entre los compradores consultados por Diario UNO. Ayer a la salida del supermercado y por distintas calles de la capital provincial los santafesinos expresaron su enojo por la necesidad de dejar de consumir ciertos productos en la mesa familiar
En cuanto a cómo enfrentar esta situación, algunos indicaron que se recortan otros gastos para seguir comprando carne. Pero la mayoría reconoció que bajó la cantidad y/o la calidad de los productos que compra y que complementa los platos con ensaladas, papas o algún otro tipo de guarnición. Mientras que otro grupo reconoció que dejó de comprar carne y se inclinó a productos más accesibles como los pollos, los vegetales y las pastas.
Seguirá subiendo
Por su parte, Miguel Schiaretti, titular de la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne, indicó que el costo seguirá arriba. “Los precios seguirán firmes y pueden ir aumentando hasta la mitad del año cuando sepamos qué cantidad de vientres se van a rematar, aunque es muy difícil por la situación económica de los productores”, dijo.
Para el titular de la Cámara, son las políticas estatales a nivel nacional las que frenaron la producción ganadera. El sostenimiento del precio de la carne, según indicó, redujo los ingresos del ganadero y así se disminuyó la oferta de hacienda.
En tanto, el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, Alberto Williams, afirmó hoy que “como no hay oferta suficiente, la carne vale fortuna”, pero sostuvo que este producto “está sobrevaluado”.
Williams precisó a medios nacionales que “en noviembre último el kilo de asado estaba a 14 pesos y ahora está en 24”, y señaló que “el mercado está muy distorsionado, porque no hay oferta”. En consecuencia, remarcó que “lo poquito que entra vale fortuna”.
Precio alto del kilo vivo
En la vereda de enfrente, el jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, afirmó que en la Argentina “no hay un aumento generalizado de precios”, y respecto de la suba del valor de la carne, indicó que “el productor está teniendo un precio en kilo-vivo como no tuvo nunca”. En declaraciones formuladas tras poner en funciones al nuevo titular del Banco Nación, Juan Carlos Fabrega, Fernández aclaró que “inflación es un aumento generalizado de precios, y no es lo que está sucediendo acá”. Afirmó que en el caso de la carne “está tomando un precio que tiene que ver con la demanda y con la capacidad que tienen los productores de quedarse con los animales para engorde, porque están teniendo un precio de kilo vivo altísimo, que no tuvieron nunca”.
Para Fernández, el sector ganadero “después de los conflictos que tuvimos con el campo está viendo un cambio en el precio, y este nuevo precio está yendo al consumidor inevitablemente”. Agregó que la tarea está en ver “qué va a suceder con el propio stock”, y sostuvo que “muchos están reteniendo vientres, están engordando” animales. Por ello, consideró que “esto se va a emparejar en dos o tres meses cuando el productor comience a entregar lo que ya tiene”.