En el Día de la Memoria, la presidenta se esperanzó en que haya justicia para las abuelas que buscan la identidad de sus nietos, a pesar del poder mediático extorsivo. Pero se comprometió a acompañarlas a otros tribunales internacionales en caso de no encontrar eco de los jueces en el país.
En un emotivo discurso pronunciado en el Espacio de la Memoria (ex Esma), la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se mostró confiada en que habrá justicia para las abuelas que buscan la identidad de sus nietos, a pesar de un poder mediático extorsivo, «casi mafioso», que se opone, y se comprometió desde su investidura a acompañarlas a otros tribunales internacionales a buscar esa justicia si no la encuentran en el país.
La mandataria dedicó además la parte final de su alocución a responder propuestas que había escuchado «por ahí» sobre poner fin al juzgamiento del pasado: “Ninguna figura del código penal castiga ser del pasado. Nadie juzga el pasado, sino delitos concretos cometidos por hombres concretos”, enfatizó.
Convocó desde este día de la memoria a construir un país con libertad, democracia y justicia, excluyendo sólo a pequeños grupúsculos que se esconden en pequeñas ideologías.
«No es problema de derecha o izquierda, conozco gente que no está de acuerdo con procedimientos como los vividos durante la dictadura militar. Son cuestiones que están más allá, tienen valor universal», aclaró.
“Queremos que se aplique la justicia con los jueces de la Constitución y que termine este capítulo tan trágico y podamos dar vuelta la página de la historia, pero con dignidad y justicia; no es tanto pedir”, indicó.
Resaltó que el ejercicio de la verdad y la memoria y proviene de mandatos bíblicos, no de la política: son valores universales. No son de la Argentina ni traídos de los pelos. Y que convierte a la Argentina en un país que vive con dignidad y orgullo al mundo, y que también es mirado desde el mundo con respeto y honor.
“No quiero vivir en un país que le reclama por ciudadanos desaparecidos –prosiguió-. La primera vez que acompañé como senadora a mi compañero de toda la vida y entrevistamos al presidente de Francia, que no era precisamente de izquierda, me quedé sin respuesta cuando dijo que la sociedad francesa no podía entender que quien fuera responsable de la aparición de ciudadanas de su país todavía estuviera en libertad”.
Dirigiéndose a Estela Carlotto, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, dijo que es un emblema de la reconversión de la lucha para que aparecieran los que no estaban y que se vaya en busca de los que están y todavía nos los ocultan.
Dijo: “Estela, Rosa, las abuelas, que buscan a sus propios nietos, pero ya devolvieron otros. Cada uno que aparece es una victoria sobre el olvido, sobre la muerte, y es esencialmente una victoria del Estado de Derecho (lo reiteró a viva voz cuatro veces) de la calidad institucional que tanto reclaman”.
¿Cómo puede haber estado de derecho sin identidad?, se preguntó.
“Nacés y tenés que saber quién sos. Sino, no tenés libertad ni podes elegir”, manifestó para mirar a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y reconocerle los momentos difíciles que atraviesa junto con la democracia, cuyo tránsito determinará que se sepa “si los argentinos vamos a tener su justicia, nuestra justicia”.
Y recordó que en su condición de abogada, de presidir asuntos constitucionales en la provincia y nación, tiene los conceptos tan claramente expresados que me resisto a creer que no se apliquen en cuestiones que no son menores, ya que se trata de delitos de lesa humanidad que ni pudieron ser alcanzados por punto final y obediencia debida. y puso especial énfasis en afirmar: “Confío y espero por la justicia, pero me comprometo a que los familiares de estos jóvenes van a tener justicia”.
En el marco del acto central por el «Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia», en el Espacio de la Memoria (ex ESMA), al cumplirse 34 años del golpe de Estado de 1976, precedió a la mandataria en el uso de la palabra Marcos Weinstein, uno de los padres de desaparecidos en la última dictadura, reconocidos hoy con el «premio Azucena Villaflor».
Destacó que la política de derechos humanos llevada adelante por el ex presidente Néstor Kirchner y la actual mandataria, Cristina Fernández de Kirchner, permitieron «juicios y condenas a los asesinos de nuestros hijos en trámites judiciales limpios».
En este marco, llamó a «no confundir memoria con rencor», advirtió que «vuelve insinuarse ahora políticamente» un sector que «intentará alentar el modelo de la impunidad» y cuestionó que los juicios sean «muy lentos, morosos, y con modalidades que intentan retrasar las sentencias».
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex presidente Néstor Kirchner había arribado a las 11.27 al Espacio de la Memoria (ex ESMA), para encabezar el acto central por el «Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia», donde se recordará el golpe militar del 24 de marzo de 1976.
Además del ex presidente, participaron representantes de organismos de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; integrantes del gabinete nacional; legisladores nacionales; artistas e invitados especiales, e invitados de otros países.
Cristina comenzó el discurso agradeciendo en nombre de la condición humana a quienes mantuvieron viva la llama de la memoria y demanda de justicia.
Reivindicó que “este lugar que fue de destrucción y de muerte, hoy es de construcción y amor. Vamos a exhibir arte, cómo pudimos sobreponernos a lo que sucedió y fuimos capaces de recuperarlo para el amor, el arte, la vida, la construcción, que es lo que nos moviliza y seguirá haciéndolo”.
“Queremos que se aplique la justicia con los jueces de la Constitución y que termine este capítulo tan trágico y podamos dar vuelta la página de la historia, pero con dignidad y justicia; no es tanto pedir”, indicó.
La actividad, organizada conjuntamente por la Unidad Bicentenario de Presidencia de la Nación y la Secretaría de Derechos Humanos, se enmarca en las celebraciones previstas con motivo del Bicentenario de la Revolución de 1810.
Cristina cierra los actos con un discurso, en el que hará alusión a los 34 años que se cumplen mañana, miércoles 24 de marzo, del inicio de la dictadura militar que asesinó, torturó y desapareció a 30.000 militantes sociales, gremiales y políticos.
A las 11:30 dejó inauguradas las obras de refacción del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, e hizo entrega del Premio Azucena Villaflor de Devincenti, edición 2009.
El acto se desarrolla en Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA), donde funcionó uno de los centros clandestinos de Detención durante la dictadura.
La presidenta fue recibida por el ministro de Justicia, Julio Alak; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde y el director del Centro Cultural, Eduardo Jozami, en la entrada principal del Centro Cultural de la Memoria “Haroldo Conti”.
Allí, se realizó el corte de cinta que deja inauguradas las instalaciones. Luego recorren el predio, y la presidenta observa una muestra fotográfica y de artes plásticas.
En el palco la aguarda Eduardo Luis Duhalde, quien explicó los motivos por los que se entregan los premios Azucena Villaflor de Devincenti a la trayectoria en Derechos Humanos a cuatro padres de desaparecidos, en reconocimiento a su lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
Los premiados son Julio Morresi, Marcos Weinstein, Bruno Palermo, y Emilio Fermín Mignone, cuatro padres de víctimas del terrorismo de Estado, a partir de las cuales se honrará a todos los padres que lucharon por recuperar a sus hijos.
El Centro Cultural Haroldo Conti que inaugura la primera mandataria ocupa un edificio de 7.000 metros cuadrados que perteneció al Centro de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra Naval en el predio recuperado de la ex ESMA.
Fue inaugurado el 31 de mayo de 2008 y un año después se iniciaron las obras de refacción, acondicionamiento y puesta en valor, para garantizar la plena realización de sus actividades.
El proyecto de refacción respetó la estructura original del edificio en el marco de los acuerdos celebrados para la conservación del predio de la ex ESMA.
El plan de obras incluyó el acondicionamiento de dos grandes galpones de dimensiones monumentales, convirtiéndolos en una sala de teatro con capacidad para 500 asistentes sentados y una sala de exposiciones de características únicas en la ciudad de Buenos Aires que permitirá albergar proyectos artísticos excepcionales.
También se acondicionaron tres salas de usos múltiples, una fotogalería; un micro cine para 100 butacas; una biblioteca con amplios salones de lectura y consulta; aulas, talleres, salas de ensayos para las distintas disciplinas, una librería y cafetería.
El edificio fue adaptado a las más modernas normas de seguridad y accesibilidad para personas con movilidad reducida o necesidades motrices especiales.
Los objetivos del Centro Cultural «Haroldo Conti» son múltiples. El principal es resignificar el predio donde funcionó el centro clandestino de detención de la ESMA, transformándolo en un espacio de creación, producción y difusión de la cultura y los derechos humanos.
Además, busca «contribuir al derecho de los pueblos a ejercer la memoria» y «promover un espacio abierto a la reflexión, creando condiciones y oportunidades para el cruce del arte, la cultura y la política».
Por último, el Centro Cultural plantea la recuperación y la difusión de la obra de artistas víctimas del terrorismo de Estado, para traer al presente su ideario y su aporte político y cultural.