Se realizó en el predio de la Sociedad Rural Las Colonias (Ruta Nº70, km 26) la tradicional Jornada anual en adhesión a los festejos del Día Nacional del Agricultor, organizada por la Sociedad Rural de Las Colonias, Inta Esperanza y Codetea, y que tuvo como principal disertante al Licenciado en Economía Roberto Bisang, abordando sobre “Modelos Productivos en el Agro” y “Desafíos para el Productor”.
Especialmente invitada, la intendente municipal Ana María Meiners participó de la mesa cabecera que realizó la apertura junto al Senador Provincial Rubén Pirola, al Jefe de AER INTA Esperanza, Mario Correnti, el Lic. Roberto Bisang, Gustavo Vionnet, Presidente de la SRLC y un representante de las firmas auspiciantes.
El encuentro fue con entrada libre y gratuita y contó con el auspicio de la Municipalidad de Esperanza, del Senador Provincial Rubén Pirola, el diputado provincial Carlos Fascendini, de AFA Humboldt, de la Asociación Unión Tamberos, Cooperativa Agrícola Ganadera Guillermo Lehmann, de la Cooperativa Limitada de Tamberos El Molino, de la Fundación Las Colonias y Tregar

Palabras de Ana María Meiners

«En primer lugar quiero dar la bienvenida, en nombre de la ciudad de Esperanza, a quienes hoy nos visitan en este tradicional encuentro anual en adhesión a los festejos del Día Nacional del Agricultor, y agradecer a los profesionales del INTA Esperanza, a la Comisión de Desarrollo Tecnológico Agropecuario de las Colonias (CODETEA) y a la Sociedad Rural Las Colonias, por la deferencia en invitarme a participar realizando esta apertura. También, y especialmente, quiero dar la bienvenida y agradecer la participación en esta Jornada, del Licenciado Roberto Bisang que nos honra con su presencia, y felicitar a los organizadores por la calidad intelectual y profesional del disertante elegido en esta oportunidad.
En segundo término quiero compartir con ustedes algunas reflexiones. Debemos coincidir, en que resulta muy difícil encontrar en la historia de nuestro país -en los últimos 30 o 40 años- un escenario internacional tan favorable para la Argentina en general y, por ende, altamente beneficioso para el sector vinculado a desarrollar los productos de la tierra en particular, y donde nada indica que esa tendencia global se vaya a modificar en el futuro.
Solo a modo de ejemplo y para comprender la escala del fenómeno al que nos enfrentamos, observemos el actual crecimiento de la población mundial y las proyecciones para los próximos años, con su demanda creciente en alimentos, bienes y servicios. Vemos que en ese escenario la población seguirá creciendo, pero no ocurrirá lo mismo con el número de hectáreas cultivables -por ejemplo- que son finitas, pero además, paradójicamente, esa tierra arable y productiva se reduce día a día aún más, por el avance de la infraestructura de la población y de las ciudades.
No es casual, entonces, que la Argentina sea el séptimo exportador de alimentos en la actualidad y que la temática agroindustrial se convierta en uno de los temas de agenda y debate en todo el territorio argentino en estos tiempos. En tal sentido hace pocos días, por ejemplo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó formalmente las conclusiones del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2020 donde instó al desafío de “agregar conocimiento y hacer que las universidades y escuelas técnicas, empresarios y productores, participen en el esfuerzo del desarrollo tecnológico» nacional, destacando que «la participación de todos los sectores involucrados en el plan es fundamental».
Entre sus muchos aspectos estratégicos este Plan destaca, recordemos que el recurso suelo es limitado y no es renovable, que el gran desafío está en la incorporación de biotecnología, en el aumento de la productividad y semillas que puedan adaptarse a condiciones inhóspitas de los diferentes climas, por ejemplo, o situaciones puntuales respecto al valor estratégico del uso y del patrimonio de la tierra.
También, y en sincronía, sesionó esta semana en Rosario el Consejo Federal Agropecuario con la presencia de los máximos responsables del sector, de todas las provincias argentinas. O como bien lo expresa en su sitio oficial la propia gente del INTA cuando describen que “en los años más recientes se observan en el país cambios importantes, donde se está gestando un nuevo modelo de desarrollo con inclusión social. Se vuelve a priorizar la producción y el empleo sobre otros aspectos menos dinámicos y comprometidos con el desarrollo nacional”.
Queda claro, entonces, que estamos ante nuevos desafíos y oportunidades que no solo incluyen al sector propiamente dicho, sino incluso, a las gestiones provinciales y locales que debemos abordar y dar sustento a las nuevas y complejas demandas que se originan a un ritmo vertiginoso.
El desarrollo sustentable y los aspectos ambientales, el advenimiento de las nuevas tecnologías y paradigmas, el aumento constante de los volúmenes de producción, la demanda energética, el estado de las redes viales, la necesidad de rutas y vías alternativas estratégicas como las hidrovías, los puertos y el ferrocarril, por citar algunas cuestiones, nos obligan a todos a un notable y generoso esfuerzo común, que no distingue de actores privados o estatales;  productores de materia prima o de productos elaborados; y que supera aquellas marcadas antinomias entre el campo y la industria, por ejemplo, a las que como sociedad fuimos afectos en el pasado.
Quiero ser breve, y no voy a ahondar sobre aspectos que ustedes conocen mucho y mejor, quiero simplemente destacar en este contexto que la provincia de Santa Fe y nuestra región, están excelentemente posicionadas, y no es casual entonces, la deferencia y el interés particular que tienen las autoridades nacionales respecto del potencial comparativo que ofrecen nuestras localidades y su valioso recurso humano, para sentar las bases en esta nueva e histórica etapa del desarrollo nacional.
No olvidemos las circunstancias que hicieron de Esperanza la Primera Colonia Agrícola Organizada del país. Por ello quiero compartir, porque me parece adecuado para finalizar, un par de párrafos del Prólogo que en su libro, hiciera el Dr. Guillermo Lehmann -bisnieto de uno de los colonos fundadores de esta ciudad- titulado “La Colonia Esperanza y el ferrocarril de Rosario a Córdoba”, que dice: “Superadas las dificultades iniciales, con el ingenio de los colonos europeos, el progreso agroindustrial de Esperanza atrajo a una nueva corriente inmigratoria tan importante, que Santa Fe, que era la provincia más pobre y despoblada de la Argentina, se transformó rápidamente en una de las más poderosas y de mayor número de habitantes. Pocos años después nuestra República que hasta entonces debía importar hasta la harina de trigo que consumía, desde otros países como Chile o Norteamérica, comenzó a producir y a exportar tantos cereales que pronto se ganó la merecida fama de “granero del mundo”. Como vemos, ellos llegaron y pudieron. Hoy, este nuevo desafío de la Historia nos espera.»

Fuente Prensa ME