Pasada la medianoche de ayer, una tormenta con fuerte viento, causó miedo en la población del sur de la ciudad de Esperanza, y produjo daños y perjuicios de consideraciones a empresas, al cementerio municipal, viviendas y un club de fútbol.
Una recorrida por la zona de calle Soler al sur, demostró la violencia del fenómeno climático, cuando se observa al estadio del Club Bartolomé Mitre, con su tribuna inaugurada para los cien años, en el piso.
Esta mañana, un puñado de dirigentes trataba de salvar lo que se podía del desastre.
Más al sur, en el cementerio municipal, una galería de nichos, ubicada al norte, a la vera del camino de ingreso, padeció la voladura de su techo, que se encontró a unos 200 metros, en un campo vecino.
Al lugar, llegaban esta mañana los familiares de las personas que descansan en ese sector, y personal municipal. Los mismos se mostraban sorprendidos por los hechos, pero respiraron con alivio cuando observaron que no había daño en los nichos.
En el extremo sur, casi rural, de la ciudad, quienes más sufrieron los ataques del clima fueron los integrantes de la Agrupación Gaucha «El Potrillo» y tambiénlos galpones de la firma Glutal, cuyos empleados trataban de encontrar y recoger los techos esparcidos en un radio de 300 metros, en campos y propiedades privadas vecinas.
También, más en la zona del centro del Barrio Sur, una carpintería sufrió la voladura de su techo y otras construcciones menores se vieron afectadas.
En todo el sector, hubo árboles arrancados de raíz, otros quebrados en la mitad y un sinnúmero de ramas partidas.
Lo peor, sin embargo, pareció vivirlo una vez más la empresa Carnave. Los techos de su granja de ruta provincial Nº 6, fueron arrancados. Son todas construcciones nuevas que merecieron una importante inversión por parte de la empresa.
«Lo nuevo se lo llevó el viento; a lo viejo no le aflojó ni un clavo» dijeron trabajadores esta mañana a cronistas de este medio.
En diferentes sectores de la ciudad, la Empresa Provincial de la Energía a partir de sus trabajadores, procuraba solucionar los múltiples inconvenientes causados especialmente por el viento feroz, a los que algunos popularmente se animaron a llamar «la cola de un tornado».
Fuente El Colono del Oeste