La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció hoy medidas para ampliar las zonas de riego y comprometió la profundización de políticas de Estado destinadas a proteger las producciones agrícolas de factores climáticos, al tiempo que pidió al sector privado invierta en el mismo sentido.
“Los productores argentinos –afirmó- deben abandonar la costumbre de mirar al cielo para pedir ayuda con la lluvia, porque en tiempos como los que corren, donde los factores climáticos son de altísimo riesgo y absolutamente impredecibles, nos encontramos con factores como falta de agua o exceso de agua que exigen de parte del Estado una fuerte articulación con el sector privado”.
Lo hizo durante un acto que encabezó en la Casa de Gobierno, con la presencia de ocho gobernadores, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez y el de Economía, Amado Boudou, entre otras altas autoridades, en el cual firmó una serie de decretos de inversiones de préstamos de organismos internacionales en obras de riego e infraestructura para zonas rurales.
“La consigna es ‘no hacer agua’, y nosotros, por más que algunos quieran que hagamos agua, ‘no vamos a hacer agua’”, dijo Cristina en el discurso en el que detalló las actividades cumplidas por el Estado para aumentar las zonas de riego y aprovechar la cuenca acuífera del país.
Mostró un mapa de la Argentina en el cual se advierte que precisamente es “en la Pampa Húmeda, la zona más rica del país, donde hay menos obras de riego”, en tanto en zonas más alejadas, como el norte o Mendoza, han hecho destacados trabajos que permitieron, como en el caso de la segunda, “convertir a un desierto en una zona de alta y calificada producción de vinos”.
Participaron del acto el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez, el de Economía, Amado Boudou y los secretarios General de la Presidencia, Oscar Parrilli, y Legal y Técnico, Carlos Zannini.
También se encontraban los gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli; Entre Ríos, Sergio Urribarri; Formosa, Gildo Insfrán; de Neuquen, Jorge Sapag; de Salta, Juan Manuel Urtubey; de Chaco, Jorge Capitanich; de San Juan, José Luis Gioja, y de Misiones, Maurice Closs, quienes también firmaron los decretos correspondientes a sus respectivas jurisdicciones.
La Jefa del Estado destacó que “el 70 por ciento del territorio argentino es árido o semiárido, lo que sorprende, porque existe la idea de que la Argentina tiene la mayor cantidad de tierras que no son de esas características”, por lo cual “el riego se convierte, frente al riesgo climático, en algo esencial para proteger uno de nuestros recursos estratégicos y producciones fundamentales como la agricolaganadera y la agroindustrial”.
Destacó que en el Censo Nacional Agropecuario del 2002 se consignaba que el número de hectáreas con irrigación artificial era de 1.355.000 , mientras que en el censo realizado en el 2008, esa cifra se elevó a 2.200.000, “lo que representa un 63 por ciento de aumento de la irrigación que hemos hecho”.
Señaló que ese dato “es muy importante, porque representa el 27 por ciento de las explotaciones agroindustriales” ya que “sobre 276.581 establecimientos agropecuarios, sólo 55.316 tienen sistema de irrigación” lo cual “demuestra la magnitud de lo que hemos hecho pero además la magnitud de lo que todavía resta hacer, por eso trabajamos como lo hacemos”.
Indicó que “invertimos 1840 millones de pesos en 18 proyectos ya ejecutados y 14 en ejecución, que consisten: en riego y drenaje, un 43 por ciento; en caminos rurales , 18 %; en electrificación rural, 10 %; en gasoductos rurales, 2 %; en sanidad animal y vegetal, 14 %; y en desarrollo comercial y tecnológico, un 6 %”.
“Esto significó, en infraestructura, 653 km de canales impermeabilizados, que a traviesan distintos lugares de nuestro país para permitir esta recuperación permanente de hectáreas, 217 km de acueductos para bebida de ganado, 282 km de drenaje y 152 km de tuberías de riego por presurización”.
Puso de relieve también que entre los decretos firmados en el acto, figura “una carta de intención para regularizar la situación dominial de poblaciones originarias”.
Consideró que las medidas acordadas son “muy importantes para apuntalar una de nuestras principales actividades, la agroindustrial y agropecuaria, para seguir agregando valor y capacidad de riego”.
“Los productores argentinos –ejemplificó- deben abandonar la costumbre de mirar al cielo para pedir ayuda con la lluvia, porque en tiempos como los que corren, donde los factores climáticos son de altísimo riesgo y absolutamente impredecibles, nos encontramos con factores como falta de agua o exceso de agua que exigen de parte del Estado una fuerte articulación con el sector privado, y al privado, una fuerte reinversión de sus propias utilidades para asegurarse y no depender de dos volatilidades: el clima y el combustible”.
Indicó respecto del combustible que “es un factor determinante en los costos”, por lo cual “los agricultores tienen la posibilidad de producir su propio combustible, disminuyendo los potenciales riesgos de comodities con variables internacionales que no manejamos los argentinos”.
Consideró que también se debe estimular la producción de arroz, mediante los sistemas de riego, dado el alto potencial de exportación particularmente en los países vecinos latinoamericanos que son fuertes consumidores de ese alimento.