Representan un riesgo típico durante esta época del año. Consejos para saber cómo reconocer los síntomas, de qué manera reaccionar frente a su aparición y qué medidas se deben tomar para evitarlos. El termómetro alcanzó -según el Servicio Meteorológico Nacional- 28.1° y se esperaba esta tarde una máxima de 32°. Y para los próximos días el organismo prevé todavía un ascenso de la temperatura.
Frente a esto, dado que crece el riesgo de los golpes de calor, es válido reiterar algunas recomendaciones simples que pueden ser determinantes para prevenirlos y evitarlos, sobre todo en ancianos y niños, los grupos más vulnerables.
¿Cómo detectar un golpe de calor? Se presenta -según informó el Ministerio de Salud a través de la Dirección de Promoción y Protección de la Salud- cuando el cuerpo no puede regular su temperatura, que se eleva rápidamente, los mecanismos para eliminar calor fallan y el cuerpo pierde capacidad de enfriarse.
Las señales pueden incluir temperatura corporal elevada (más de 39°), piel enrojecida y seca, pulso acelerado, dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, pérdida del conocimiento y fatiga.
¿Cómo actuar ante estos síntomas? es el siguiente interrogante. Al verificarlos hay que solicitar ayuda y asistir a la víctima llevandola a un área sombreada. Hay que enfriarla rápidamente con cualquier método: sumergirla o rociarla con agua fría, aplicarle compresas de agua fría o -si la humedad es baja- envolverla en una sábana húmeda y abanicarla.
No se le debe ofrecer de beber si está inconsciente y conseguir asistencia médica lo antes posible o consultar con urgencia a un Centro de Salud.
¿Quienes están más expuestos? Si bien la población en general debe tener los cuidados necesarios al exponerse a las altas temperaturas no hay que olvidar que existen grupos de riesgo, más expuestos a verse afectados por un golpe de calor: niños, ancianos o aquellos que trabajan o se ejercitan en ámbitos calurosos.
También hay que prestar atención a personas con obesidad o a aquellas que padecen hipertensión, problemas cardíacos, respiratorios o de tiroides, entre otros.
¿Cuáles son los consejos para evitarlos? Para prevenir los efectos de un golpe de calor, a los niños hay que ofrecerles líquido -agua o jugos naturales- con bastante frecuencia y a los lactantes el pecho. No es recomendable darles bebidas muy azucaradas ni muy heladas y tampoco alimentarlos con comidas calientes y pesadas. Hay que darles mayor cantidad de sal que lo habitual, bañarlos o mojarlos varias veces, evitar que jueguen o realicen actividades físicas, seleccionar lugares frescos y ventilados para que permanezcan y vestirlos con ropa amplia, liviana, de algodón y de color claro.
En el caso de los jóvenes y adolescentes, hay que tratar de que no consuman bebidas alcohólicas, evitar que realicen esfuerzos físicos muy intensos y recomendarles que se sienten o recuesten si sienten mareos.
En el caso de las personas de la tercera edad, es importante que descansen en lugares frescos y ventilados y que se los desabrigue y ofrezca líquidos aunque no manifiesten sed.
Fuente El Litoral