Las rentabilidades esperadas para los cultivos de soja y maíz registraron fuertes aumentos durante el último mes, de hasta 19,4% en algunos casos, y lograron recuperar el terreno que habían perdido en el período, informó este martes el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Las importantes mejoras en el resultado previsto para esos granos contrastó con la estabilidad que viene experimentando el girasol, mientras el trigo fue el único producto que desmejoró su perspectiva en los últimos 30 días, con una baja cercana a 13%.
El informe quincenal del mercado de granos que elabora la estación experimental Pergamino del INTA destaca que «los precios culminaron la penúltima semana del año con alzas», lo que permitió «superar pisos que, de haberse roto, hubiesen dado una señal negativa muy preocupante».
En el caso de la soja, el principal cultivo del país, el margen bruto proyectado es de 620 dólares por hectárea, para los rindes de 38 quintales, lo cual implica una suba de 10,7% frente al cálculo de un mes atrás.
Para un rendimiento de 28 quintales, la rentabilidad esperada para la oleaginosa es de 396 dólares, es decir, 12,5% más que lo estimado a fines de noviembre.
El maíz, por su parte, lograría márgenes brutos de 443 a 659 dólares por hectárea, según se logren rindes de 75 o 95 quintales, respectivamente, señala el INTA Pergamino.
Esos valores representan subas, con respecto al mes anterior, de 19,4% en el primer caso y de 16,2% en el segundo.
Los cálculos del INTA consideran cultivos realizados en la zona norte de la provincia de Buenos Aires y además de los rendimientos toman como variable los precios futuros.
Al ingreso bruto así obtenido se le descuentan los gastos de comercialización y los costos directos (en labranzas, semilla, urea, agroquímicos y costos de cosecha).
A diferencia de los mayores márgenes proyectados para soja y maíz, la situación permaneció estable el último mes para girasol: entre 168 y 329 dólares por hectárea, en rindes de 18 y 25 quintales, respectivamente.
El trigo, por su parte, sufrió una baja del margen esperado de 13,2% para rindes de 45 quintales (46 dólares por hectárea), mientras para rendimientos de 35 quintales se prevé una pérdida de 33 dólares por hectárea, frente a 28 un mes atrás.
El informe del Instituto de Tecnología Agropecuaria destaca el efecto favorable de las «noticias más calmas» provenientes de Europa y Estados Unidos.
Por su parte, la demanda sus productos primarios agropecuarios de China «no se vería impactada», como sí podría ocurrir con otros insumos para la construcción o la siderurgia, en caso de registrarse un menor crecimiento.
«Con respecto a la oferta, la otra noticia alcista de estas semanas fue la sequía en Sudamérica, que pone alertas para abastecer la demanda futura», agrega el panorama del INTA.
De agravarse el clima en la región, advierte, cabría esperar «una menor oferta de granos y de oleaginosos para el mundo».
Por lo pronto, añade, la situación global es «holgada» para el trigo, pero en maíz y en soja «las reservas son muy bajas».
«Esto, cuando nuevas matrices de consumo están vigentes y sin visos de cambios», considerando que «la demanda de etanol o de biodiesel, en los Estados Unidos, Europa o Brasil, han tenido fuerte sustento en políticas de Estado», sostiene el informe.
Remarca luego que «el ingreso de los biocombustibles en la matriz de oferta y demanda global de granos crece como un factor sólido y sostenido en el tiempo».
El INTA Pergamino recoge la opinión de analistas agrarios y de entidades como FAO y el Banco Mundial, según los cuales «las señales del mercado en términos de precios son insuficientes para hacer crecer la oferta agro alimentaria mundial».
«Si sumamos las restricciones ambientales para la producción rural, el panorama tiende a agravarse», evalúa el informe.
Así, concluye, «en el plano agro alimentario mundial la escasez requiere afrontarla con una cooperación mayor y/o el fantasma de falta de alimentos, será la otra fuente de amenaza futura».
Fuente El Litoral