El papa Benedicto XVI se declaró «convencido» de que Cuba avanzará con las reformas económicas y sociales iniciadas por sus autoridades hace dos años, al ser recibido el lunes por la tarde en Santiago por el presidente cubano, Raúl Castro, quien en su discurso de bienvenida destacó la buena relación entre el gobierno y la Iglesia y las «injusticias» causadas por el embargo estadounidense.
Benedicto, procedente de México, pisó suelo cubano minutos antes de las 14.30 (16.30 en la Argentina) y fue recibido al pie de la escalerilla del avión por el mandatario y cuatro niños a quienes bendijo, para luego ser saludado por una guardia de honor y salvas de cañones en el aeropuerto Antonio Maceo, donde lo esperaban una multitud de fieles y autoridades gubernamentales y eclesiásticas.
«Estoy convencido de que Cuba está mirando el mañana para renovar y ensanchar sus horizontes», tarea a la que contribuirán «esos valores que han caracterizado al pueblo cubano», refirió el pontífice al final de su discurso, en el que resaltó la veneración que la sociedad de la isla tiene por su patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre, a cuyo santuario acudirá Joseph Ratzinger este martes.
«Deseo ir a El Cobre a postrarme ante la madre de Dios para pedir por todos ustedes para que vayan por caminos de justicia, paz libertad y reconciliación», manifestó Benedicto, quien expresó que llegaba a Cuba para alentar a su pueblo «en la fe y la esperanza» y aseguró que lleva en su corazón las «alegrías y preocupaciones» de todos los cubanos.
Momentos antes, Castro expresó «en nombre de la Nación» la cálida bienvenida a Benedicto y destacó «su influencia con sus ideas» en las cuestiones que asolan al mundo, como la crisis global, la corrupción, el desequilibrio en la distribución de los recursos y la falta de democracia.
Al iniciar su discurso, el jefe del Estado le aseguró al papa que el pueblo cubano, «de convicciones profundas, lo escuchará atento y respetuoso», y se abocó luego a enumerar las dificultades que causa a los habitantes de la isla el embargo económico de más de medio siglo impuesto por Estados Unidos, país al que describió como «la potencia que ha intentado despojarnos infructuosamente de la paz y la justicia».
«Sin razón se nos calumnia pero confiamos en que la verdad, de la que jamás nos apartamos, siempre se abre paso», afirmó Castro antes de reseñar que luego de 14 años, desde la visita del anterior pontífice, Juan Pablo II, los ataques económicos, políticos y financieros a Cuba siguen y hasta «se endurecieron».
«El objetivo sigue siendo causar hambre, desesperación y derrocamiento del gobierno; sin embargo, la nación siguió cambiando todo lo que tiene que ser cambiando, con libre participación del pueblo en decisiones trascendentales, incluidas las económicas y sociales, cuando en casi todo el mundo son patrimonio de las elites», denunció.
Al finalizar la ceremonia de bienvenida, trasmitida en directo por varios canales de la región, Benedicto se trasladó en el «papamóvil» hasta el arzobispado de Santiago de Cuba, en cuyo trayecto fue saludado por una multitud de fieles que formaba cordones humanos a ambos lados del camino.
Banderas, pancartas y carteles de bienvenida se advertían desde este lunes en horas de la mañana en distintas ciudades de Cuba a la espera de la llegada del Benedicto, quien permanecerá tres días en la isla en visita de estado.
En calles, avenidas, instalaciones públicas, templos católicos, vehículos, negocios y casas abundan las muestras de cálida acogida al «Peregrino de la caridad», lema que acompañará el segundo viaje a este país caribeño de un sumo pontífice, después del realizado por Juan Pablo II en 1998.
La agenda del papa, se incluye una misa en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo. El martes se celebrará una eucaristía privada en la capilla de la Casa de Retiro y Convivencias, y poco después subirá como peregrino hasta el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, de la que este año se conmemoran 400 años del hallazgo de su imagen.
El miércoles, ya en La Habana, el pontífice será recibido por Raúl Castro y, aunque el Vaticano no lo descartó, no está previsto un encuentro con el líder de la Revolución, Fidel Castro.
El acto central de la visita papal será ese día una misa a cielo abierto en la Plaza de la Revolución, donde se estima una masiva concurrencia, incluyendo a casi 400 cubanos exiliados en Miami.
Es en esta homilía se espera que Benedicto condene el bloqueo económico de más de medio siglo, tal como días atrás se pronunció oficialmente el Vaticano, al dar detalles del viaje del Sumo Pontífice.
En tanto, sectores de la disidencia, como el grupo Damas de Blanco, aspiran a que el Papa aborde la situación de los derechos humanos y se reúna, al menos por pocos minutos, con sus representantes, lo cual tampoco está en la agenda.
Fuente Agencia Télam