La cantante entrerriana Liliana Herrero, con su singular valor como intérprete y un repertorio exquisito, ratificó anoche una certeza: un festival folclórico no necesita apelar a gestos de estridencia ni demagogia artística para congregar y convencer a un auditorio masivo.
Esa convicción fue refrendada anoche durante la segunda jornada de la cuarta edición del Festival Internacional de Folclore de Buenos Aires (FIFBA), que se realiza en el Pase del Bosque platense, donde Herrero forjó uno de los momentos más intensos de una programación ecléctica y criteriosa.
La entrerriana apeló a su repertorio habitual, con énfasis en las canciones de su último álbum, «Este tiempo», y con ellas consiguió la emoción del público a pesar de que esas piezas, sean de autores contemporáneos o de la tradición folclórica, no sean difundidas en los espacios más poderosos.
«Tu nombre y el mío», con la caligrafía de Lisandro Aristimuño, inauguró el concierto de la cantante, que prosiguió con el aire milonguero de «Abc», del uruguayo Pitufo Lombardo.
La apuesta de Herrero por los autores contemporáneos se afirmó con piezas de Fernando Cabrera («La casa de al lado», «Dulzura distante») y de Luis Alberto Spinetta («Bagualerita»).
El silencio del público, indispensable para una cantante que maneja diferentes climas y registros, entusiasmó a Herrero: «Esto demuestra que en un festival no hace falta gritar».
«Me encanta venir a un festival donde no se reproduce solamente esa música que ya sabemos», insistió más tarde.
Con el público ya absorto, Herrero entregó dos obras memorables del patrimonio musical argentino: «La nostalgiosa» (Jaime Dávalos-Eduardo Falú) y, a capella, «El Jangadero» (Ramón Ayala y Vicente Cidade; también del repertorio de Eduardo Falú).
La despedida se consumó con «Confesión del viento», del otro Falú, Juan, sobre el que Herrero tiene un particular inclinación.
En la misma línea de tonos justos y buena música, la segunda jornada del FIFBA ofreció a Mariana Baraj o el dúo de guitarra y percusión entre Ernesto Snajer y Luvi Torres.
Snajer-Torres ofrecieron hermosas canciones, en especial con sus citas a las obras de Carlos Guastavino y la uruguaya Ana Prada.
La apertura de la jornada había sido accidentada, interrumpida un par de veces por la lluvia que caía en La Plata.
Eludiendo el temporal, el programa se inició con Beatriz Pichi Malén, la belleza musical de la ascendente Luciana Jury, la desfachatez de Sofía Viola y las acrobacias innecesarias de Los Jóvenes Musiqueros, entre tantos artistas más.
El cierre fue vertiginoso y concentrado en la música rítmica, con las diferentes texturas latinoaméricas: La Bomba de Tiempo, el uruguayo Rubén Rada y la formación colombiana Totó la Momposina y sus Tambores.
La cuarta edición del FIFBA se clausurará hoy desde las 15 con artistas de la jerarquía de Chango Spasiuk, Aymama, el mexicano Celso Piña y un homenaje a Horacio Guarany.
Fuente Agencia Télam