«En la cosecha se pierden hasta 700 millones de dólares y en la poscosecha alrededor de 800 millones. No se trata de incrementar la producción de alimentos, sino de ajustar lo que ya se hace», especificó el titular del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Carlos Casamiquela, en Innovaagro.
El titular del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Carlo Casamiquela, aseguró que los problemas de hambruna en el mundo se deben a dificultades en la distribución de los alimentos, e instó a reducir las mermas en la cadena alimenticia que generan las malas prácticas.
Casamiquela fue uno de los disertantes del seminario latinoamericano Innovagro, que se realizó en Buenos Aires.
Otro de los expositores, Cristiano Casini, coordinador nacional del Area Estratégica Agroindustria, explicó que el INTA trabaja para evitar las mermas durante la cosecha y poscosecha de los granos, que son cifras muy significativas tanto en lo económico como en la producción de alimentos.
«En la cosecha se pierden hasta 700 millones de dólares y en la poscosecha alrededor de 800 millones. No se trata de incrementar la producción de alimentos, sino de ajustar lo que ya se hace», especificó.
Estuvieron presentes también en el encuentro representes de México, Brasil y de la Food and Agriculture Organization (FAO), que es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
En materia de alimentación, el mundo está lleno de paradojas: mientras que Brasil instauró con éxito el programa Hambre Cero que logró reducir la desnutrición infantil en un 61 por ciento, el resto del planeta desperdicia alimentos.
De acuerdo con datos de la FAO difundidos en el seminario, cada persona desperdicia cerca de 115 kilos de alimentos por año.
Al respecto, el titular del INTA dijo que «se debe trabajar fuerte en toda la cadena alimenticia para ajustar las pérdidas mediante la innovación, desde lo tecnológico y el trabajo de instituciones como la nuestra», indicó.
A su turno, Gino Buzzetti, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) de México, resaltó que uno de los principales problemas que enfrenta América Latina es “cómo incrementar la productividad de la agricultur mediante un uso sustentable de los recursos naturales, principalmente el agua y el suelo”.
En el marco de las presentaciones sobre casos éxitos, en Innovagro, Otavio Balsadi – coordinador de estudios y métodos de transferencia de tecnología de Embrapa, Brasil– se refirió al objetivo del Programa Hambre Cero, que permitió que más de 30 millones de brasileños salieran de la pobreza, y dijo que «ofrecemos una alimentación saludable, suficiente y regular, garantizando la inclusión y la superación de la miseria”.
El éxito del plan –aseguró Balsadi– está a la vista: “Se logró reducir la desnutrición infantil en un 61% y la pobreza rural en un 15%, además de multiplicar por ocho el crédito para los pequeños agricultores, que estaban excluidos del sistema financiero”.
En coincidencia con la declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial, Salomón Salcedo, representante de la FAO, aseguró que deben respaldarse políticas que tiendan a “una producción de alimentos sostenible, intensificada y diversificada eficiente e inocua que luche contra los desperdicios y las pérdidas, pero que preserve los recursos naturales”.
Salcedo ponderó el rol del INTA y del sistema Pro-Huerta por el aporte a la seguridad y a la soberanía alimentaria. Asimismo, destacó el trabajo que se realiza en Haití en materia de mejora para el acceso a los alimentos.
Según la FAO, en los países en desarrollo el 40% de las pérdidas ocurre en las fases de poscosecha y procesado, mientras que en los países industrializados más del 40% es a nivel del consumidor.
El informe Pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo fue encargado por la FAO al Instituto sueco de Alimentos y Biotecnología (SIK). Puntualiza que cada año los consumidores en los países ricos desperdician la misma cantidad de alimentos –222 millones de toneladas– que la totalidad de la producción alimentaria neta de África subsahariana –230 millones de toneladas.