Con 650 asistentes, el primer seminario latinoamericano sobre agua organizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en Jujuy expuso las tecnologías desarrolladas por el instituto adaptables para la agricultura familiar.
El acceso al agua es fundamental. Así lo declaró la Asamblea General de la ONU en la resolución de julio de 2010, que lo reconoce como “un derecho humano básico”. En este sentido, el INTA junto con los países del Cono Sur trabajan en el desarrollo de tecnologías para enfrentar la problemática del acceso, usos, y tratamientos del agua.
El Primer Seminario Latinoamericano sobre Acceso, Uso y Tratamiento del Agua para la Agricultura Familiar, reunió a especialistas argentinos y del exterior en la sede del Instituto para la Pequeña Agricultura Familiar del INTA en la región NOA, ubicada en el departamento jujeño de Tilcara.
Daniel Prieto –coordinador del proyecto de la Red Gestión Sostenible de los recursos hídricos para el sector agropecuario del INTA e integrante de la comisión organizadora del seminario– indicó que “hoy el desafío es garantizar el acceso al agua de calidad y el buen uso en todos los sistemas productivos y en la agricultura familiar”.
En un territorio como el argentino que el 75 por ciento es semiárido o árido, el agua es un recurso que requiere técnicas de manejo integrales y sustentables debido a que sus usos son múltiples y van desde el consumo humano y ganadero, riego de los cultivos o huertas, industriales hasta ambientales y recreativos.
En este sentido, el INTA, a través del proyecto propio de la Red Gestión Sustentable de los recursos hídricos y el proyecto específico sobre captación y aprovechamiento de agua en secano, del Área Estratégica de Recursos Naturales, junto con el Centro de Investigación para la Agricultura Familiar (CIPAF) con sus sedes regionales y el Pro-huerta trabaja en el desarrollo de tecnologías apropiadas: obras de captación, potabilización, tratamiento y buen uso del recurso, con información para la planificación y distribución con equidad.
El agua adquiere particular importancia en el NOA debido a que explotaciones agropecuarias familiares suman una superficie total de casi 17 millones de hectáreas. Allí, el organismo –presente con 69 agencias de extensión rural– trabaja con 3500 productores familiares, 1900 productores de pequeña y mediana escala, 780.000 huerteros y más de 40 proyectos de desarrollo local.
Esos pequeños productores son generadores de puestos de trabajo, responsables del 69 por ciento del empleo agropecuario en la región, lo cual favorece el arraigo cultural y combate la migración del campo a la ciudad. De aquí la importancia de “desarrollar tecnologías para resolver el acceso y manejo del agua de este sector, que al tiempo que resuelven sus problemas son herramientas de adaptación a los cambios del futuro”, aseguró Prieto.
Efecto cascada
Durante el 1er Seminario Latinoamericano sobre Acceso, Uso y Tratamiento del Agua para la Agricultura Familiar, se presentaron y pusieron en común experiencias similares de diferentes instituciones de todas las regiones argentinas y Latinoamérica.
El seminario, organizado por el INTA, la Subsecretaria para la Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Ministerio de Desarrollo Social y las Plataformas Tecnológicas de Recursos Hídricos y Tecnologías de Riego y Agricultura Familiar del PROCISUR, fue también un “excelente ejemplo de articulación e integración interinstitucional –nacional y regional– y de las instancias de investigación y extensión del INTA que hacen al proceso de innovación”.