Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Cerro Azul, Misiones, recomendaron la utilización de la caña de azúcar para el pastoreo, sobre todo a pequeños productores de la región. Evita tareas de corte y suministro reduce costos y mantiene la condición corporal de los animales.
José Luis Houriet –técnico del INTA Cerro Azul, Misiones– se refirió a la mano de obra como el principal beneficio de la implementación del pastoreo directo de caña de azúcar: “Tradicionalmente este cultivo se usaba como suplemento invernal –entera, trozada o molida– lo que implicaba más trabajo y menos aprovechamiento del cultivo. Hoy, evitamos todo ese esfuerzo y reducimos costos”.
Además, este manejo permite solucionar la falta de forraje en invierno, momento en el que la oferta de gramíneas se reduce drásticamente en la región. “Se trata de un cultivo con una alta producción de materia seca que aporta volumen y mucha energía pero requiere ser suplementada con núcleos proteicos –como la urea o la soja– que aporten la proteína necesaria en la dieta y colaboran con la digestión”, detalló Houriet.
Los animales sometidos a este manejo presentaron un aumento promedio de 500 g, lo que permitió que mantengan su condición corporal en una época invernal en las que las ganancias de peso sobre pasturas naturales suelen ser nulas o negativas. “Este logro es muy significativo debido a las condiciones de la región y a la baja disponibilidad de forrajes”, destacó.
“La respuesta de los novillos es positiva” ya que sólo se requiere una adaptación de una semana a 10 días de la flora intestinal en aquellos animales acostumbrados a un pastoreo de gramíneas.
El especialista recomendó esta práctica para los pequeños productores por el bajo costo de instalación –poco más de $6.800 la hectárea– y la baja demanda de mano de obra. “Con este modelo se utilizan pequeñas superficies del potrero de muy baja producción, se libera la presión de pastoreo sobre pastizal natural y se aumenta la rentabilidad”, explicó el técnico.
Rubén Salzwedel, productor de un lote en Colonia El Chatón, Departamento de Alem, Misiones, recordó la experiencia realizada en su campo y aseguró: “En un cuarto de hectárea que no aprovechaba produje, en los 65 días de invierno, el equivalente a un ternero”.
Si bien el pastoreo directo tiene un menor aprovechamiento del cañaveral y, por lo tanto, una menor carga animal, el excedente del cultivo y los residuos animales que se incorporan al suelo implican un reciclaje de nutrientes que favorecen a sustentabilidad del sistema.