La despedida de Esteban Fuertes con la camiseta de Colón jugando en Santa Fe fue casi perfecta: el Sabalero se impuso 2 a 0 con dos goles de la máxima figura de su historia. Noche soñada para el “Bichi”, que fue ovacionado por miles de hinchas. Con la casaca rojinegra jugó 301 partidos y marcó 142 goles.
Esteban Fuertes se despidió de su gente. Todavía le queda un partido más con la camiseta de Colón, el próximo domingo contra Banfield, pero el disputado esta noche ante Godoy Cruz fue el último del gran goleador jugando en el Estadio “Brigadier López”, el último encuentro oficial en su segunda casa.
Casi para la anécdota quedará que el encuentro fue el que cerró la fecha 18 del torneo Clausura de Primera división, que el rojinegro ganó 2 a 0 y, como no podía ser de otra manera, con goles de la máxima figura de su historia que, como viejo zorro, conservó las mañas hasta el final. Y pudieron se varios más, porque el “Tomba” fue un equipo fantasma dentro de la cancha y el dueño de casa fue el dominador absoluto de principio a fin, cumpliendo tal vez una de las mejores actuaciones en la Era Sensini.
Pero el epicentro de la noche pasaba por la despedida de Fuertes. Y tras el 1 a 0 se desató definitivamente la fiesta, porque el resultado dio tranquilidad y porque lo que todos querían ver se había consumado en poco más de 20 minutos: un gol de Fuertes, uno más.
Sin embargo, hubo que esperar un buen rato para que llegaran las situaciones. Recién a los 17’ el Sabalero tuvo la primera aproximación y a los 19’ llegó un cabezazo de Fuertes que salió alto.
Eso fue un aviso. A los 22’ vino lo que todos esperaban: el gol del “Bichi”, algo que no podía faltar esta noche. Fue tras una buena jugada por derecha, con desborde y centro de Caire, Fuertes le dio a la pelota como venía, el arquero tapó pero el delantero tomó el rebote y la mandó al fondo del arco.
Cuatro minutos después vino otro centro de Caire y Fuertes le ganó claramente en el salto a su marcador para meter un cabezazo cruzado que salió a centímetros del segundo palo.
A partir de ahí se vio lo mejor de Colón en el primer tiempo, en el que el equipo de Sensini fue dominador desde el comienzo, pero recién a partir de los 20’ empezó a reflejar esa superioridad con llegadas al arco rival.
El rojinegro no aflojaba y seguía arrimándose con peligro. A a los 33’ nuevamente Fuertes estuvo cerca del gol cuando el arquero Ibáñez le tapó un mano a mano. Y a los 36’ el histórico goleador se perdió un gol increíble: recibió una gran habilitación, encaró otra vez mano a mano al guardameta, lo eludió con mucha facilidad y cuando tenía que empujar la pelota a la red, le pegó débilmente y un defensor despejó casi sobre la línea.
Ya en el final, a los 43’, Higuaín de tiro libre metió un centro al corazón del área que encontró la cabeza de Prediger, quien estrelló la pelota en el travesaño.
Pero a pesar de todas las situaciones creadas, Colón se fue al descanso arriba por la mínima diferencia. Mereció bastante más que eso (además el conjunto mendocino no llegó nunca), jugó mejor, dominó de principio a fin y tuvo situaciones clarísimas, pero le faltó definir mejor para sacar una ventaja mayor.
Pudo ser una goleada histórica…
Todo lo que generó Colón en la primera mitad, pero que no supo aprovechar, lo usufructuó a poco de comenzado el segundo tiempo, a los 6’, cuando el equipo mendocino estaba volcado en ataque tratando de llegar al empate, y el local metió un terrible contragolpe que finalizó con otro mano a mano del “Bichi”, que entró en diagonal al arco, por la izquierda, y definió con un tiro que salió al medio, pero la flojísima respuesta del arquero permitió que se convierta en el segundo gol de Colón y de Fuertes en un partido por demás especial.
Y Colón siguió yendo. A los 13’ Caire recuperó la pelota en el medio con un gran anticipo, desbordó a pura velocidad por la banda derecha y metió un centro preciso para Moreno y Fabianesi, que entrando por el segundo palo no definió bien y la pelota se fue alta.
A los 17’ fue Moreno el que habilitó a Fuertes, que quedaba de frente al arco pero la pelota se desvió apenas en un defensor y desacomodó al delantero, que alcanzó a puntear el balón y este salió desviado.
De proponérselo, y de estar más fino en la definición, el rojinegro podía consumar una goleada histórica, porque era muy superior a un rival ausente y que, además, tenía un jugador menos por la expulsión del Álvaro Navarro.
Con el correr de los minutos llegaron los tiros desde fuera del área de Mugni, primero, y Moreno después, desde la izquierda y derecha, respectivamente. Los dos estuvieron cerca, igual que el “Bichi” a los 31’, con otro mano a mano ganado por el arquero.
Recién a los 33’ Godoy Cruz exigió seriamente a Pozo, con un remate del recién ingresado Castillón, que ingresó por la izquierda del área, enganchó y sacó un remate que el arquero mandó al corner. Y a los 37’ fue Diego Villar el que, solo abajo del arco y sin marca, le dio a la pelota muy abajo y la tiró por arriba tras un centro al medio del área. Fue la más clara para los de Asad en todo el partido.
En el final volvió a arrimarse Colón, que tuvo dos claras situaciones con las llegadas del recién ingresado y debutante Jourdán.
Pero la fiesta ahora estaba en otro lado. A un minuto del final Sensini cambió al “Bichi”, que ovacionado por todo el estadio y saludado por todos sus compañeros, se sacó la cinta de capitán y dejó por última vez el césped del “Brigadier”.
Tras el pitazo del árbitro, vinieron los abrazos con sus colegas, con sus seres queridos, las palabras de despedida y las lágrimas, de él y de los hinchas, que se fueron con un sabor agridulce, pero eternamente agradecidos al gran goleador.
Fuente El Litoral