El 13 de febrero, Marcela Chiaro fue asesinada. Fue en la capital de Tucumán. Habría estado allí Luis Corral, su marido y Paola Castro, una salteña, vinculada como partícipe necesaria. Ambos detenidos.
La joven Castro en diciembre habría dado a luz un hijo que dice es de Corral.
Los investigadores lograron conseguir pruebas como sangre en la casa de la amante, en la camioneta de la familia Corral-Chiaro y la veterinaria familiar, dado que el acusado es médico veterinario y la víctima era ingeniera agrónoma.
Los Corral-Chiaro vivían en Tucumán desde hace 5 años y tuvieron una nena de 2 años y medio.
Primero fueron detenidos los padres de Paola Castro, acusados de encubrimiento. Luego, apareció quien sería Liliana Britos, también amante de Luis Corral.
Ya los detenidos suman tres mujeres, las dos amantes y la madre de una de ellas, y cinco hombres, el padre de la amante, el forrajero, el empleado de la veterinaria, el taxista que sería travesti y el propio Luis Corral.
Ayer a las 15, la madre de Marcela, Delia Blaser de Chiaro confirmó a El Colono del Oeste que los restos encontrados el jueves 14 «son de Marcela. La reconocieron por el vestido, de marca, que le había regalado Rosana a comienzo del año. Se suman zapatillas de marca.
«Yo sabía que había un Dios y que la íbamos a encontrar» dijo la mujer.
Rosana y Jaquelina, sus hermanas llegaron ayer a las 8 a Tucumán para hacerse cargo de la situación.
Se esperan las pericicias criminalísticas que dirán cómo la mataron y las pruebas de ADN. Después, la familia Chiaro tiene decidido que el cuerpo encontrado en partes en un cañaveral, será traído a Esperanza y descansará en el cementerio municipal. Hay que recordar que la hija de Marcela, crece con sus abuelos en nuestra ciudad.
Fuente El Colono del Oeste