La noche del sábado dejó de latir el corazón de Carlos Valinotti. A sus 74 años, la noticia resultó inesperada para quienes sabían de sus proyectos, de su intensa actividad teatral. La noche del jueves faltó al ensayo de la puesta que preparaba junto a Jorge Ricci, a quien Florencia Valinotti -su hija-, informó de una descompostura que devino en cardiopatía y requirió internación. Cuarenta y ocho horas más tarde su vida bajó el telón.
Era padre de cinco hijos (Carlos, Luis, Martín, Fernando y Florencia) y abuelo de cuatro nietos; y compartía sus días con Silvia Vidaechea. Sus allegados contaron a este diario que en días previos “estaba contento”; que se había reencontrado con viejos compañeros de la Asociación Santafesina de Actores de la que fue delegado en la década del ‘90 y revivido en anécdotas aquellos tiempos. Todas las semanas viajaba a la localidad de Franck para dictar clases de teatro y preparaba con ese grupo presentar la obra “Las de enfrente”, de Federico Mertens, en otras localidades del interior. El día antes de partir recibió la confirmación que participaría de las películas “Yarará” y “Quién mató al Bebe Uriarte”, dos de sus tantos proyectos.
Su andar
Hijo de tierras santafesinas y de padres ferroviarios, creció en Varadero Sarsoti. Su padre tenía un barco que traía leña para los aserraderos, en el que Carlos clavaba los cajones de madera mientras ensayaba los parlamentos de sus primeras obras. Trabajó 21 años en el Ferrocarril, fue sereno en el Puerto, y era jubilado de la Empresa Provincial de la Energía de la que fue camionero. En una entrevista concedida a este diario hace cuatro años expresó que “pasé tiempos malos, pero nunca dejé de actuar”.
Grabó roles episódicos para LT 9 y LT 10, donde trabajó con “Pancho” Luna; también participó en piezas de radioteatro y en LRA 14 Radio Nacional Santa Fe. Empezó con el teatro en 1955, año en que formó la compañía de teatro “Estrellas santafesinas”, con la que hizo varios sainetes y viajó por toda la provincia para interpretar “Puerto Madero” y “El pelado catorce”, entre otras obras.
Desde siempre cultivó una vida de entrega a la actividad teatral, pasión que fue distinguida con un Premio Máscara en 2008, que celebró con lágrimas y profundo agradecimiento. Por aquellos días, aún a sus 70 años, dijo sin pudores: “Sigo soñando con ser un gran artista”. Con esta meta y el placer de dedicarse a la actividad que lo apasiona, en los últimos años formó los grupos Fénix y Fénix II, dedicados a trabajar en forma exclusiva obras de Carlos Gorostiza. Dirigió e interpretó “El acompañamiento” junto a Elbio José Pieroni; “Doble historia de amor” con Milena Durando y Juan Ignacio Garay; y “Hay que apagar el fuego” junto a Graciela Iturraspe y Peroni, con quienes también presentó “A propósito del tiempo”. Junto a ellos preparaba un ciclo teatral sobre Carlos Gorostiza que debía presentarse el mes próximo en el Centro Cultural Provincial.
Con profunda congoja, su compañera de elenco Graciela Martínez dijo a este diario que “Carlos siempre fue un referente, porque siempre fue un actor de aquellos. Estaba muy contento, tenía muchos proyectos… tenía las pilas de un chico de veinte años”.
Él mismo lo reconocía. Hace tiempo dijo a este diario que, incluso en sus setenta, “tengo la esperanza de que voy a triunfar, de ser un actor más renombrado. No es por ganar más dinero, sino por poder actuar ante más gente (…) Me gusta el teatro y, de algún modo, en mi interior siento que ya triunfé porque estoy haciendo lo que quiero y a eso no me lo saca nadie”.

Fuente El Litoral