Ganaba con gol de Ramírez, pero Pezzella logró la igualdad a los 43 minutos del segundo tiempo. El equipo de Sensini volvió a mostrar solidez y con el punto logrado sigue prendido arriba, un escalón más abajo del líder Boca.
En un partido parejo, de dientes apretados y poca claridad, a Colón se le escapó la posibilidad de quedar solo en la punta del torneo. El «sabalero» jugó contra River sólidamente, como acostumbra en los últimos tiempos, y llegó al gol a los 24 minutos por un cabezazo de «Tito» Ramírez, quien recién había ingresado por el pibe Curuchet. Pero cuando el reloj consumía los últimos minutos, y marcaba los 43, apareció el zaguero Pezzella para clavar el empate. El punto logrado deja un sabor amargo al pueblo rojinegro, pero le permite seguir prendido bien arriba, a una unidad del líder Boca.
El plantel santafesino se bancó todo el partido, a pesar del amontonamiento de encuentros que sufrió por su participación en la Copa Sudamericana, y le jugó de igual a igual al Millonario hasta el último momento. Los dirigidos por Sensini fueron pacientes y ordenados, y dejaron en la cancha hasta la última gota de sudor.
En River, el desborde por las bandas fue mejor recurso con el tándem de Sánchez y Mercado por derecha que el que, en teoría, debió dar el pibe Cazares por la otra banda; y la carencia creativa, acaso la falencia más visible del River de Almeyda, volvió a dejar como sistema previsible el centro a Funes Mori y Trezeguet.
Colón respondió con la buena imagen que viene dando, tratando de inquietar a espaldas del mediocampo visitante: salida prolija, verticalidad a partir de los volantes y la rapidez de Curuchet y Mugni para encontrar espacios, o en su defecto para generarlos.
Pero en ambos casos prevalecieron las estrategias defensivas por sobre las intenciones en ataque, y el partido se fue haciendo de dominio repartido y poco peligro, muy poco, frente a los arcos.
Colón intentó hacerse protagonista central en el inicio del segundo tiempo. Con las buenas herramientas ya exhibidas: Caire se proyectó por derecha, se adelantaron las líneas, Mugni se amigó con la pelota y Moreno y Fabianesi intentó desprenderse de su posición para aparecer, por sorpresa, en el vacío.
El equipo de Néstor Sensini, sin embargo, no aprovechó su momento, y en el juego de las imprecisiones que se dio a partir de allí River se acercó dos veces con Rogelio Funes Mori. En la primera desbordó por derecha y envió un centro rasante para el remate, por izquierda, de Ariel Rojas (pegó en un defensor); y en la otra el propio ‘mellizo‘ tiró de zurda, cruzado y afuera.
Cuando River había equilibrado, llegó el gol de Colón. «Tito» Ramírez entró por Curuchet y le alcanzó un minuto para modificar el rumbo del partido: primero generó un corner, después anotó de cabeza tras un gran centro de Urribarri desde la izquierda, pero aprovechando el insólito estatismo de los centrales «millonarios».
Almeyda agotó sus armas: hizo debutar al uruguayo Rodrigo Mora en reemplazo de Sánchez (ya habían entrado Ariel Rojas y Martín Aguirre por Cazares y Ledesma, dos de los titulares sorpresivos, síntesis de que la teoría del «Pelado» no había funcionado).
River no tenía respuestas individuales para sus defectos colectivos y marchaba, desesperado, a la derrota. Pero a falta de un minuto apareció Ponzio, puso un gran pase en profundidad para la entrada de Pezzella y el pibe, solo, marcó el 1-1.
Fuente El Litoral