Ni la lluvia, ni el viento, ni el frío fueron capaces de menguar la pasión hecha canción que el mexicano Luis Miguel asumió en la noche del martes en un estadio GEBA colmado, donde comenzó la serie de cinco conciertos al aire libre en Buenos Aires.
La inclemencia del tiempo no impidió que el popular cantante hiciera bailar, cantar y emocionar a miles de fanáticas que desafiaron al clima para disfrutar de la segunda fecha argentina del «Hits Tour 2012», una seguidilla de conciertos que comenzó el sábado en Corrientes y que incluye otros siete recitales masivos.
Mujeres de todas las edades, en su mayoría solas y de unos 45 años, formaron fila desde horas tempranas para ver a su ídolo e hicieron que el tránsito se tornara imposible en las inmediaciones del estadio emplazado en el barrio porteño de Palermo.
Pasadas las 21.50, con casi una hora de demora, Luis Miguel se hizo eco de los ruegos de un público que con aplausos y gritos pedía que salga al escenario creyendo, tal vez, que su sola presencia iba a hacer que la tormenta abandonara Buenos Aires.
Y si bien el clima no se apiadó de la multitud, el repertorio de éxitos, de lo más movido a lo romántico en extremo, operó como un bálsamo capaz de disimular la adversidad.
Vestido de riguroso negro, Luismi comenzó a entonar las estrofas de «Suave» para luego seguir con «Si te vas». Pasados los coros, se apagaron las luces por unos largos minutos y el desperfecto técnico no solamente demoró algo más el show sino hizo que una de las pantallas laterales funcionara parcialmente durante gran parte del espectáculo.
«Es un enorme placer estar cantando para ustedes esta noche», disparó el mexicano y las fanáticas no pararon de gritar enfervorizadas al escuchar su voz.
Entonces preguntó «¿tienen ganas de calentar la noche?” y aunque admitió que «sé que hay otras maneras de hacerlo», sus canciones despejaron el interrogante planteado. «Voy a tener el privilegio de cantarles un poco de todo -prometió a las presentes-. Canciones que han hecho suyas a lo largo de todo este tiempo. Gracias por darme la posibilidad de estar esta noche en este escenario».
«Contigo en la distancia» fue el tema que abrió el segmento de lentos que continuó con «Se te olvida» y «No sé tú» y a los que la lluvia, molesta hasta entonces, brindó una escenografía perfecta.
Enseguida se engancharon títulos como «La gloria eres tú», «Bésame mucho» y «Sol, arena y mar», pasajes que permitieron que el intérprete jugara con la voz mientras la orquesta sonaba en plenitud.
Luego, ofreció «Un hombre busca a una mujer» y con la sentida «Cuestión de piel» añadió condimentos dramáticos al entonarla con una mano en el bolsillo, la cabeza gacha y la voz quebrada.
En un vertiginoso viaje a su pasado, Luis Miguel rememoró viejos temas como «Oro de ley», «Esa niña», «Palabra de honor» y «Entrégate», para rematar ese bloque de clásicos con «La incondicional».
Promediando el show, se quitó el saco del traje y compartió con Frank Sinatra, a través del video, la balada «Fly with me», en el prólogo de un tramo internacional que llegó hasta los tangos «Por una cabeza», «Volver», «Uno» y «El día que me quieras», que sumaron a una pareja de baile y a un bandoneonista.
También salpicado por la lluvia, lo que lo obligó a secarse la frente, asumió «Dame tu amor» y «Yo te necesito» y piropeó a la audiencia con la frase: «Son increíbles, son una maravilla. Ustedes han cambiado mi vida. Gracias».
El paso de Luis Miguel por la Argentina sumará otras cuatro veladas en GEBA (esta noche, el viernes, el sábado y el domingo próximos), el miércoles 24 estará en el Hipódromo Independencia de Rosario y los días 26 y 27 se presentará en el Orfeo Superdomo de Córdoba.
Además, el lunes 22 en La Rural porteña ofrecerá la segunda y última cena y gala privada con 2.000 lugares a un valor de entre 2.000 y 4.000 pesos.

Fuente Agencia Télam