El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) sumó este año unos 52 edificios nuevos, que representan cerca de 19.000 metros cuadrados de obras terminadas, en ejecución y a licitar antes del fin del ejercicio.
“Estar ahí donde viven y trabajan el productor y la familia rural. La presencia en el territorio es uno de los ejes en la misión del INTA para dar respuestas ajustadas a las necesidades de estos actores”, aseguraron desde el Instituto en su web de noticias.
“Con criterios que priorizan el aprovechamiento de energías renovables, el tratamiento de efluentes y residuos peligrosos, la sustentabilidad ambiental se instaló como un tema central para el desarrollo de la infraestructura del instituto”, precisaron en INTAinforma.
En ese sentido, se relató -que desde 2005- el INTA aceleró el ritmo de obras, motivado por las necesidades de los sectores productivos, los gobiernos provinciales y municipales, así como en respuesta a la demanda generada por el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA2).
“En este período, el promedio de ejecución anual de obra fue de 9.650 m2 y este año vamos a superar los 18.000, una cifra récord, prácticamente histórica para la institución”, explicó el gerente de Infraestructura y Servicios Generales del INTA, Osvaldo Espina. Entre agencias de extensión, estaciones experimentales y laboratorios terminados, en ejecución y licitados durante 2012, suman 18.777 m2, equivalentes a un edificio de 94 pisos de 200 m2 cada uno.
La clave de esa aceleración fue el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que duplicó con creces el presupuesto para obras y, en consecuencia, la cantidad de ejecuciones. Este financiamiento comenzó el año pasado y permitió que la asignación promedio de $21.232.000 trepara en 2012 a $49.000.000, entre fondos propios y recursos provistos por el BID. Esta tendencia seguirá en 2013, cuando llegará a los $86.500.000, según Gastón Belloni, encargado de administración y ejecución presupuestaria de obra del INTA.
A la mayor disponibilidad financiera se sumó una nueva metodología de trabajo y gestión, que optimizó los tiempos de los proyectos y este año la gerencia incorporó otra herramienta en esa dirección: el Modelado de Información de Construcción (BIM, por su sigla en inglés), que redujo la etapa de documentación de obra de cinco/seis meses a 45 días. Además, una tipología de seis modelos de agencias permite adaptaciones según las características y necesidades del lugar donde se emplazarán. Espina destacó que “el sistema BIM y de modelaje es prácticamente único en una institución estatal”.
Un plan para estar a la vanguardia
En las obras más recientes se reforzó la idea de incorporar energías renovables, tratamiento de efluentes, residuos peligrosos y normalización en el uso de materiales para el mantenimiento de los edificios.
Actualmente, las gerencias de Higiene y Seguridad e Infraestructura del INTA elaboran un Plan Estratégico Ambiental Institucional 2013-2018, para minimizar la dependencia de energías convencionales y tratar efluentes. El plan contempla el uso de diferentes fuentes de energía, sistemas constructivos más eficaces que reduzcan el consumo y la solución a la acumulación y al tratamiento de residuos.
“Este plan estratégico posicionará al INTA a la vanguardia institucional nacional en el uso de estas tecnologías, como así también al tratamiento de fluidos y residuos peligrosos”, aseguró Espina.
Fuente Sala de Prensa – Presidencia de la Nación