Grupos musicales y solistas de primer nivel convocaron a miles de personas en el Planetario en un megafestival gratuito que cerró con Fito Páez, y engrosó el caudal de donaciones que ya superó los 210 camiones.
Una multitud fervorosa y solidaria participó hoy en un megafestival frente al Planetario porteño, ofrecido por músicos de primer nivel con Fito Páez en el cierre, y engrosó el caudal de donaciones para los 350 mil inundados en La Plata y alrededores que ya superó los 210 camiones.
«Argentina, Argentina», coreó la multitud, cuando Juan Carr, de la Red Solidaria hizo el balance de la inmensa cantidad de donaciones recibidas durante la semana frente a la Catedral y ahora en el Planetario que llenaron 210 camiones con ayuda para los damnificados por el tremendo temporal del 2 de abril.
«Queremos que sepan que no están solos. Que los abrazamos con estos 210 camiones que llenaron unos 2,5 millones de personas», dijo Carr a la multitud y la gente aplaudió conmovida.
Parado en el escenario, junto a Fito, Carr enumeró que la gente donó durante estos días 4,5 millones de litros, 20 mil colchones y 50 mil frazadas.
«Los 350 mil afectados tienen aseguradas las cuatro comidas por 120 días; tienen tres mudas de ropa durante un año», informó un orgulloso Carr, mientras unas 30 mil personas vivaban la noticia.
Ya desde el mediodía, el tránsito se había tornado dificultoso en la zona por la larga fila de vehículos que circulaban a paso de hombre por los carriles exteriores de avenida Figueroa Alcorta y Sarmiento, a la espera de su turno para desagotar sus baúles.
“Vinimos porque nos conmovió lo que veíamos en la tele y porque nos hace bien dar”, contó Daniela mientras, junto a cuatro amigos adolescentes como ella, esperaba para entregar una bolsa con “juguetes, zapatos y zapatillas”.
Una cadena de brazos de unos 100 metros de extensión conectaba esos paquetes, que llegaban en auto pero también de a pie, con las compuertas abiertas de tres camiones en proceso de ser llenados.
En el camino, laboriosas manos separaban los productos en cuatro montones -ropa, alimentos, agua, pañales, productos de limpieza-, los embalaban en bolsas de consorcio y se alineaban prolijamente cuando los requerimientos de la carga hacían necesario subir el tipo de producto que les había tocado administrar.
“Fijate la montaña de ropa que juntamos en menos de una hora”, dijo Patricia D`Antonio quien, como muchos de los voluntarios, pasó sólo a dejar un paquete y decidió quedarse a ayudar “hasta que el cuerpo aguante”.
A su lado y desde su silla de ruedas, Yoly Lugano escuchaba atenta mientras seguía encintando paquetes. “Yo vine para acá porque no me sentía bien quedándome en mi casa”, contó Alicia Leguizamón durante una pausa en el frenético ritmo de trabajo.
De tanto en tanto, un largo aplauso que se multiplicaba como un reguero por todo el parque, indicaba que un nuevo camión de 28 toneladas de capacidad, de un total de cinco inicialmente aportados por el gobierno porteño, había completado su carga y arrancaba rumbo a La Plata.
“Es una carga diferente la que llevamos hoy, y hay un sentimiento muy especial porque uno siente que está cooperando con algo, aunque sea mínimo”, refirió el camionero Antonio Sobral.
«Siento más emoción con cada donación que llega que con cada camión que se va, porque lo que conmueve es el gesto de cada persona», explicó desde la compuerta del rodado Gonzalo Rinaldi, integrante de la ONG «Un minuto de vos», que apoya las iniciativas de la Red Solidaria, organizadora del evento junto con Mundo Invisible.
El voluntario explicó que «por eso la consigna es que nadie que venga con una donación se tiene que ir sin recibir un abrazo, porque no somos un despacho de aduana sino que estamos recibiendo donaciones para quienes lo necesitan».
Semejante reacción solidaria sorprendió incluso a los propios organizadores que, aunque acostumbrados a enormes manifestaciones de generosidad, no se esperaban este «aluvión conmovedor».
“Esta es mi catástrofe natural número 18, pero la respuesta de la gente tuvo esta vez características especiales. Por un lado, sorprende la impronta joven que se repite en los más de 50 lugares de todo el país donde se están colectando donaciones. En todos los casos, el 70% de los participantes son menores de 35 años”, contó a Télam, Carr.
“Por otro lado, sorprende la velocidad, la capacidad de la reacción porque ya al día de ayer logramos reunir comida suficiente como para que los 350 mil afectados de La Plata. Y en los alrededores de todos los centros de donación, los supermercados agotaron el stock de los productos que pedimos”, agregó.
Mientras tanto, por el escenario pasaron las voces y la música de Fabiana Cantilo, la Bersuit Vergarabat, Catupecu Machu, Divididos, Massacre, La Franela, Banda de Turistas, Deborah de Corral, Rayos Láser y Surfistas del sistema.
Un momento conmovedor se vivió cuando Chano, el cantante de Tan Biónica, dijo desde el escenario: «Quiero que se escuche hasta La Plata que no están solos» y la marea humana coreó a viva voz «…está bailando mi corazón…».
“No sabíamos que iba a estar Fabiana Cantilo que nos encanta”, afirmó con una enorme sonrisa de felicidad Susana Martínez que, junto a su esposo y tres de sus cuatro hijos llegaron de Lonchamps provistos de reposera y una canasta para el picnic.
“Trajimos ropa de los nenes, vinimos a colaborar pero también a ver los recitales», contó.
Como ellos, miles de personas cubrieron el parque en una cálida y luminosa tarde de domingo que se prestó perfectamente a la convocatoria, a la que también acudieron el rabino Daniel Goldman, el actor Boy Olmi, el dibujante Liniers, el artista plástico Milo Lockett, entre otros.
«Este recital sirve para mostrar que el mundo funciona. Gracias por acompañarnos», dijo Fito, en el cierre de esta jornada solidaria que tuvo muchísima alegría.
Fuente Agencia Télam