Más de 2.000 visitantes recorrieron la cuarta edición de la jornada nacional de esta temática, que se realizó en el INTA Manfredi, Córdoba. La calidad del forraje es el primer eslabón de una ganadería eficiente y sustentable.
La elaboración de forrajes conservados de calidad son el camino para lograr una ganadería más eficiente y sustentable. La propuesta fue: pensar en la calidad del alimento para el ganado desde la siembra de los cultivos. “Hay que tener el mejor maíz y el mejor sorgo, cosecharlo de manera eficiente para tener una mejor carne y leche”, señaló Mario Bragachini, coordinador del Proyecto Precop del INTA y uno de los organizadores de la cuarta edición de la Jornada Nacional de Forrajes Conservados en el INTA Manfredi –Córdoba–.
Con más de 2.000 visitantes y 48 empresas que exponen las últimas tecnologías del sector, terminó la 4ta. Jornada Nacional de Forrajes Conservados. Bajo la consigna: Carne y leche de precisión con valor agregado en origen, las disertaciones se centraron en la revalorización del forraje como elemento productivo clave para la producción de carne y leche. “El objetivo del encuentro es socializar el conocimiento. Que el productor conozca las alternativas tecnológicas”, aseguró el técnico del INTA.
“Tenemos que producir la mayor cantidad de forrajes conservados por hectárea con herramientas de la agricultura de precisión, fertilización balanceada, el riego complementario y la eficiencia en cosecha”, explicó Bragachini y agregó: “Para tener éxitos con la ganadería, primero, hay que ser buen agricultor”.
Estimaciones del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA 2) pronostican que la Argentina pasaría de producir 2.6 millones de toneladas de carne a 3.8 millones para 2020. “Esto significa un incremento del 46% y 40.000 nuevos puestos de trabajo”, dijo Bragachini y agregó: a la par, “la producción de leche aumentaría un 76%”.
Cómo hacer la diferencia
A lo largo de la jornada el foco estuvo puesto en las prácticas de manejo necesarias para obtener un forraje de calidad: Cómo lograr la mayor cantidad de kilos de materia seca disponible en madurez fisiológica, cómo cortarlo en el estado fenológico adecuado para silo o heno y cómo almacenarlo sin perder calidad.
De acuerdo con Bragachini, si se ajustan las prácticas en todo el proceso de conservación, se pueden minimizar las pérdidas a menos del 10%, mientras que en el pastoreo directo llegarían al 40%.
Miriam Gallardo, especialista en forrajes conservados del INTA Castelar –Buenos Aires– afirmó que si bien los forrajes son un clásico para los productores, siempre hay novedades interesantes para exponer.
“La Clínica de forrajes conservados es un espacio de capacitación para trabajar sobre muestras reales de ensilados, henos y silajes de pasturas”, dijo Gallardo y aseguró: “hay grandes avances en cuanto al tratamiento de los henos procesados, que vamos a compartir con los productores que se acerquen”.
Al concluir su disertación, se produjo una dinámica a campo donde se mostraron picadoras con cracker para maíz y sorgo, el traslado con carros con compactación, el embolsado de 9, 10 y 11 y el trabajo del Mixer con distinto tipo de fibra. También se hizo un diagnóstico en la calidad del silaje, el uso de inoculantes y se realizó un muestreo de las bolas de silajes para un análisis de calidad.
Las jornadas de forrajes conservados, se extienden hasta el 11 de abril. El encuentro es gratuito y ofrece las disertaciones de especialistas destacados del país y del exterior, exposición de equipos, dinámicas a campo y una recorrida guiada por la muestra para conocer las novedades de las empresas del sector forrajero.
Fuente INTA Informa