León acaba de editar un disco doble «Verdaderas canciones de amor», donde compila baladas, lentos y canciones de sus 40 años de carrera, musicalizadas en un formato más country y cercano a su admirado Bob Dylan.
«Quería hacer un disco de canciones de amor, más lentas y que no tuvieran compromiso político», indicó Gieco en relación al espíritu de su nuevo trabajo, en el marco de una charla con Télam en la que también se refirió a su pasión por Bob Dylan y James Taylor.
El flamante álbum incluye colaboraciones con Sandro, Andrés Ciro Martínez, Silvio Rodríguez, Gustavo Cordera y Rubén Albarran, de Café Tacuba, pero además cuenta con una cuidado trabajo en la edición.
-¿Por qué decidiste hacer esta compilación?
– Para mí hacer una recopilación es algo alentador por muchos motivos, es lindo pensar en que los temas que más me gustaron van todos juntos en un disco. Es armar algo nuevo con 50 discos que tenés, además es un trabajo que me dio buenos resultados, uno de mis discos que más vendió fue una recopilación que se llamó «7 años», en ese momento no tenía los temas y el presidente de la compañía me lo pidió hacer.
-Pero el disco tiene cierto compromiso social.
-Sí, el disco nace desde que vi un cartel en Uruguay que decía «Goce del paisaje», me pareció buenísimo porque habla de manejar tranquilo, no alterado. Lo vinculé con la ONG Conduciendo a conciencia, en la que laburábamos con Luis Alberto Spinetta. Pensé en elegir canciones que ayudaran al conductor a ver el paisaje y a levantar la pata del acelerador. Es algo que no tiene que tener problemática política porque si manejás y escuchás sobre los genocidas por ejemplo, te tensás; tienen que ser lentas y bien grabadas, pensé. Y así salió el primer disco.
-Decidiste incluir temas propios y de otros músicos.
-Sí, hay una canción de Andrés Ciro Martínez y hay de otros autores, como en un homenaje al rock nacional. Tengo una canción con Iván Lins, muy linda, y otra de Walter Pacioli de los Tipitos, que son grandes amigos.
-El primer CD tiene un aire muy country, muy folk, remite a tus primeros discos, los más influenciados por Bob Dylan y Crosby, Stills, Nash & Young.
-Es cierto, y eso se da por los músicos invitados, por suerte puedo masterizar en Estados Unidos y es un placer además tocar con ciertos tipos que conozco desde siempre. Músicos como Jim Keltner, Alex Acuña, Michael Landau y dos tipos en especial como Russ Kunkell y Leland Sklar, que fueron la base de la banda de James Taylor, al siempre escuché. Toqué con músicos a los que conozco desde hace 30 años, porque los vengo escuchando desde chico.
-Muchas bandas nuevas argentinas que curten rock, country y folk reivindican tus primeros discos, aquellos que grabaste con la Banda de Caballos Cansados. ¿Qué pasa con esos discos que no se reeditan?
-Esos discos no los tengo yo, la compañía Music Hall quebró hace unos años y todo el catálogo de sus artistas salió a la venta y los míos se vendieron. Luego de varios años de buscar, descubrimos que los tiene un millonario mexicano y ahora que estoy en una multinacional grande, hay una promesa de la compañía de buscar a este mexicano y sentarse a negociar para reeditar esos discos.
A este sello le interesan justamente porque conocen este interés de las nuevas generaciones de músicos y grupos.
-Mientras tanto seguís de gira y no parás. Parece el «Neverending Tour» de Bob Dylan.
-Dylan es una influencia muy grande y siempre he seguido su carrera y sus movimientos. Para mí, Dylan es parte de mi sangre, mi carrera se basa en la suya. Dylan graba un fin de semana con los músicos y después tiene un disco, eso es lo que hago yo también.
En el 82 hice una gira solo con la guitarra y la armónica, cuando volví del exilio me dediqué a tocar en los colegios secundarios a pedido de los cursos de quinto año.
Yo llegaba y los pibes me esperaban a la entrada del pueblo y me llevaban con bocinas como diciendo acá está, tenemos desaparecidos y que se yo, pero acá está, llenábamos en todos lados, fueron dos años así y jamás grabamos algo. Y un día se me ocurrió editarlo puse un aviso y empezaron a llegar cassettes de chicos que habían grabado diferentes shows, con aquellos viejos grabadores de periodista, que eran enormes. Y con esas cintas editamos un disco que se llamó «Canciones de un cassette perdido».
-¿Hay una canción romántica española que la cantás con Sandro. ¿Cómo fue la historia?
-Con Sandro y los de Fuego aluciné cuando fueron a mi pueblo, Cañada Rosquín, y tocaron «Quiero llenarme de ti».
Le mandé un cassette a Sandro con la canción «Que poidera namorarla», de unos españoles, que yo siempre había querido grabar con Sandro.
Un día grabé el tema y se lo mandé en cassette, unos meses antes de que mueriera Oscar Anderle, uno de los compositores preferidos de Sandro y muy amigo suyo. En una carta le digo: «mirá Roberto, imagino que estarás mal por lo de Anderle, si no querés hacerlo no te hagas drama. Te mando un abrazo grande». A la semana suena el teléfono en casa, atiendo y era Roberto, me dijo «venite que ya le compuse cuatro estrofas y le arreglé toda una orquestación espectacular». Me fui a su casa a Banfield y me hizo escuchar lo que había grabado esa semana con los músicos y quedó espectacular. Así que grabamos en 5 minutos y hablamos hasta las 5 de la mañana, me contó su carrera, su vida, sus discos. Ese gustazo, no me lo olvido más.
-¿Cómo sigue tu año?
-Estamos poniendo en caja laburos y cosas que pertenecen a toda mi carrera, sale este disco y luego sale otro otro que se llama «La banda de cartón» y después viene otro de folclore. Esos son discos todos grabados con otros artistas, son discos que me aguantan a hacer uno nuevo el año que viene.
Fuente Agencia Télam