¿Qué debe esperar la familia Chiaro, para que finalmente se dictamine el juicio por el horrendo crimen de Marcela Chiaro?
El 13 de enero de 2012, hace ya un año y medio, moría asesinada la Ingeniera Agrónoma esperancina.
El 14 de junio, un trabajador rural, en un sector de cañas de azúcar encontró pedazos de su cuerpo que había sido seccionado por él o los asesinos.
Un hecho espantoso por el cual fueron detenidos vinculados a la causa su esposo, el médico veterinario Luis Corral con quien vivía desde hace unos años en Tucumán. Y su amante salteña, Paola Castro, con quien tiene un hijo que no pasa los dos años y quien en un principio lo acusó del crimen.
Demás está decir el tremendo dolor de sus padres y sus dos hermanas. Y la lucha de ellos porque la única hija del matrimonio Chiaro -Corral fuera criada por ellos, hecho que finalmente la Justicia acertadamente concedió y hoy la pequeña «Lu» está con sus abuelos y tías y asiste a un Jardín donde es amorosamente cuidada.
En su hogar, querida, crece tratando de entender su difícil historia desde los tiempos más tempranos de su niñez y vida.
Los acusados permanecen detenidos. Hay rastros de sangre en departamento, casas y camionetas, Documentos comprometedores en discos de computadoras de los acusados. Hechos genéticos determinantes y una serie de indicios que, aún cuando el cuerpo no hubiera sido encontrado, la situación procesal de los detenidos y acusados del brutal crimen, sería muy grave.
Al fin de cuentas, la Justicia es eso: pruebas.
Lo cierto que mientras no haya juicio y sentencia, no hay paz y sigue el calvario para la familia de los Chiaro en nuestra ciudad.
Es que con muchos menos, ya en otros casos, menos horrendos aún, ya existe justicia. En este hecho tan sangriento e inhumano, los Chiaro cada día desfallecen en la espera y además, los costos económicos de un juicio en Tucumán son exasperantes, para esta familia de trabajadores.
«Todos saben lo que cuesta un abogado y un juicio» cuenta un allegado a la familia «y todos ellos son gente de trabajo, son familias que viven de un salario y como los desangra el dolor y la angustia de que ésto no termina nunca, también el ahogo económico es muy grave y realmente no se puede mantener toda la vida» comenta el familiar a cronistas de este medio.
La experiencia que viven los Chiaro, es que para ellos, la Justicia es demasiado lenta en Tucumán.
Quizás exista en un par de semanas alguna novedad, pero todos en Tucumán, quienes estén vinculados al caso, saben que la estrategia de la defensa de los acusados es demorar todo lo que se pueda. Incluso hasta que por razones técnicas legales, ambos pudieran recuperar la libertad en espera del juicio.
Tucumán queda lejos y los comentarios son muchos, aunque los investigadores del crimen, uno de los más resonantes en la actualidad argentina, la paz y esta negra historia llegará a su fin cuando exista una sentencia justa y definitiva.
Mientras tanto, la familia esperancina seguirá este camino del calvario que jamás imaginaron, en lo espiritual, lo moral y lo económico, porque siempre con dinero suficiente existe una mejor justicia, en casi cualquier parte del mundo.
«Hay que estar en la vida, el alma y el bolsillo de esta familia para saber lo que es» dice la fuente.
Fuente El Colono del Oeste