El papa Francisco hablará con «signos y gestos» a los 2 millones de jóvenes que se congregarán en Río de Janeiro la semana próxima para participar de la Jornada Mundial de la Juventud y los alentará a «no encerrarse en el consumo y en sus propias necesidades», señalaron dos obispos que fueron estrechos colaborados de Jorge Bergoglio en Buenos Aires.
El mensaje del papa se dará en el marco de un encuentro mundial que significará un «signo muy fuerte de la presencia religiosa juvenil» en Argentina, que aportará más de 40 mil participantes.
Así lo afirmaron en diálogo con Télam dos obispos argentinos, que fueron estrechos colaboradores de Jorge Bergoglio en Buenos Aires: el rector de la Universidad Católica Argentina, Víctor Manuel Fernández -recientemente nombrado arzobispo por el papa-; y el titular de la estratégica comisión de Pastoral Social y obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano.
«A él le gusta hablar con signos y gestos. Lo hizo días atrás cuando viajó a la isla de Lampedusa, donde murieron muchos africanos intentando llegar a Europa», recuerda monseñor Fernández, para quien con la visita a la favela, a un hospital y a jóvenes en recuperación de las drogas, Francisco en Río «invitará a los jóvenes a hacerse cargo del sufrimiento de otros jóvenes».
«Seguramente el papa reafirmará su insistencia en salir hacia los demás, reclamará una juventud no encerrada en el consumo y en sus propias necesidades, sino capaz de salir al encuentro del otro», dice el rector de la UCA y agrega: «Es el mismo acento que él puso en Aparecida y que después remarcó en Buenos Aires y en el Episcopado argentino».
Según monseñor Lozano, el papa Francisco siente la «alegría de compartir la fe con los jóvenes, sintiendo especial cercanía por los más pobres y necesitados», y considera que la masiva participación argentina al encuentro mundial de Río «constituye un signo muy fuerte de la presencia religiosa juvenil en el país».
«Será un fuerte llamado a la conversión para muchos jóvenes, en el que el papa les mostrará cuál es el camino que Jesús quiere para ellos hoy», destaca el obispo de Gualeguaychú, que será uno de los 12 prelados argentinos que dará catequesis a los jóvenes del mundo durante la semana próxima en Río.
Por su parte, Fernández insiste con los «signos fuertes» que constituyen la misma persona del papa argentino.
«El no deja de ser una persona mayor, con sus achaques, cansado de un largo viaje, que sin embargo hace el esfuerzo de ir a estos lugares en vez de sentarse a conversar con los obispos», dice sobre la agitada agenda que llevará adelante Francisco en la «ciudad maravillosa».
«Es especialmente importante esta visita porque nos permitirá advertir cómo se sitúa ante América latina. Porque no hablará como argentino, sino como papa, y sin duda dirá cosas relacionadas con lo que ha sucedido en Brasil, sobre todo en los reclamos por mejores servicios, mayor inclusión social, menor corrupción. Brasil siempre ha sido un país paradigmático a la hora de hablar sobre la pobreza y la inequidad y por eso será interesante escuchar lo que dice al respecto», añade.
En tanto, el titular de Pastoral Social dice que actividades como la visita a una favela o un hospital «tienen la impronta particular de Francisco, porque sabemos y conocemos de su preocupación particular por los más pobres» y destaca asimismo el encuentro que tendrá el último día de su visita con los obispos latinoamericanos del CELAM, como «un signo importante de aliento a este organismo de comunión tan original y propio de América latina».
El rector de la UCA remarca también la importancia de la visita del papa al santuario de Aparecida, sede de la última reunión del CELAM en el año 2007 y cuyo documento final -que marcó las líneas de acción evangelizadoras para la iglesia latinoamericana- fue coordinado por Bergoglio.
«Las consignas del documento de Aparecida para él son muy importantes y considera que no han sido suficientemente acogidas por obispos y sacerdotes latinoamericanos», dice Fernández, para quien -con su visita al santuario- Francisco «procura mostrar que no es un documento para archivar».
«De hecho sabemos que se lo regala a cada presidente latinoamericano que lo visita (en el Vaticano). Nos está diciendo que no es un documento más y que allí están los temas que él quiere remarcar», sostiene.
Por último, Lozano vuelve a detenerse en la participación activa de los jóvenes que «quieren estar cerca del papa Francisco, a quien aman profundamente y les llega de manera muy fuerte su predicación y su mensaje».
Fuente Agencia Télam