Un trabajo del INTA adelantó que los precios de alquiler de campos se reducirán en los próximos meses, permitiendo mayor rentabilidad a aquellos que mantengan la decisión de sembrar. «Cuando hay cambios en la relación de los costos y los ingresos, los arrendamientos cambian», se subrayó.
«Lo esperable, ante las expectativas actuales de precios de los productos y los insumos de producción, sería que los precios de los arrendamientos disminuyan», sostuvieron técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, en un informe dado a conocer a través del diario «Tiempo Argentino».
En la situación actual, remarcaron desde el INTA, «lejos está entonces la conclusión de que la actual y transitoria relación entre ingresos y costos para aquellos que arriendan genere un desincentivo a la siembra o pérdidas importantes en los bolsillos de los productores arrendadores».
El efecto esperable, sostuvieron, es que «los arrendamientos disminuirán: diferimiento en los pagos, bajas en los montos, cambios en las estructuras en los contratos, etcétera, son algunas de las soluciones más comunes que se ven en campañas como esta».
«Lo contrario supondría que los productores agropecuarios argentinos carecerían de sentido común, cuestión que se contrapone con la fama legítimamente ganada de ser los más eficientes del mundo», concluyó el informe.
Según los especialistas, el negocio agrícola «puede ser evaluado en términos económico-financieros como cualquier otro negocio, teniendo en cuenta el equilibrio entre la rentabilidad y el riesgo (el clima, los precios, cambiaria, financiera, etcétera)».
En ese sentido, explicaron, «la metodología de márgenes brutos tiene algunas limitaciones importantes pues, por ejemplo, no es capaz de capturar las variaciones que debe sufrir la remuneración del factor ‘tierra’ (precio), frente a cambios en los ingresos o costos esperados».
Además «constituiría una mirada muy parcial sobre el negocio agrícola y tendería a hacer sacar conclusiones que luego en la realidad no se verifican».
Para tener una perspectiva «más amplia» es necesario recurrir a modelos económico-financieros más complejos y «considerar a la tierra como uno de los factores de producción cuyo precio variará de acuerdo al comportamiento del resto de variables del mercado y por sobre todo a la relación de ese momento entre costos e ingresos esperados».