El paro nacional convocado por Moyano y Barrionuevo se desarrolla en todo el país. A la medida se le sumaron numerosos piquetes realizados por agrupaciones sociales y políticas de izquierda, que afectan la circulación y el transporte.
Los dirigentes gremiales buscaron distanciarse de los piquetes, que impiden trasladarse a quienes no se adhieren al paro, y aseguraron que «recurren a este método que es totalmente ilegítimo, ilegal y terminan manchando el paro», tal como afirmó Facundo Moyano, titular del gremio de trabajadores de peajes.
El paro de actividades se siente especialmente en los medios de transporte, con la falta de servicio de colectivos, subtes, trenes y premetros, por lo que se pudo observar un importante desplazamiento de automóviles particulares y taxis en la ciudad.
Los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires -como la Panamericana, el Acceso Oeste, el Puente Pueyrredón, la autopista Buenos Aires-La Plata- fueron cortados desde temprano por manifestantes de distintas agrupaciones de izquierda.
El principal punto de protesta se registró en la autopista Panamericana, a la altura de la localidad bonaerense de Pacheco, donde se prdujeron incidentes cuando los manifestantes se enfrentaron con personal de Gendarmería Nacional apostado en el lugar, que dejó un saldo de un efectivo herido y algunos detenidos.
En otras ciudades importantes del país, como Córdoba y Rosario, también se registraban cortes en los accesos, así como un alto acatamiento en el sistema de transporte público y en escuelas.
Desde el gobierno, la primera reacción del día llegó de parte del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien dijo que los organizadores del paro «pretenden sitiar los grandes centros urbanos» con «un gran piquete nacional y un paro de transporte» y consideró que los reclamos que se plantean «no tienen el más mínimo sentido» y «no se condicen con la realidad».
«Esa es una metodología a la vieja usanza del medioevo. En la Edad Media los señores feudales impedían el acceso a la población. No hay lugar para la barbarie ni para medidas que conspiran contra el libre ejercicio del derecho de huelga de los trabajadores», dijo el jefe de Gabinete, en su habitual rueda de prensa en Casa de Gobierno.
El funcionario disparó especialmente contra el líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, que -según dijo- queda instalado «claramente como un líder opositor del Frente Renovador» y, a su vez, se convierte «en referente de la izquierda, que estaba buscando un nuevo liderazgo».
También el kirchnerismo en pleno difundió esta mañana una declaración firmada por legisladores, intendentes y dirigentes del Frente para la Victoria (FpV) que repudiaron el paro y señalaron que la medida «beneficia únicamente a las grandes corporaciones que pretenden detener el proceso de inclusión» que lleva adelante el gobierno nacional.
Por su parte, los dirigentes gremiales consideraron el paro un «éxito» pero cuestionaron la realización de piquetes que impidió la normal circulación, como el líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, quien reprobó la acción de los grupos «que representan a la izquierda y que siempre hacen piquetes».
Desde la izquieda, el diputado nacional por el Frente de Izquierda Néstor Pitrola defendió la realización de los piquetes y consideró que los dirigentes sindicales que critican la metodología están a favor del gremialismo dominguero», al tiempo que señaló que «los paros generales deben incluir necesariamente la movilización de los trabajadores».
Fuente Agencia Télam